El día lo vivió con gran expectación, acompañada por sus padres, Bea y Vicente, y sus tías, Inés y Tami, que no quisieron perderse este día tan especial para Abril, que es el centro de atención de la familia, ya que es la única hija, nieta y sobrina. Con el inicio del curso, también se estrenan cosas nuevas y lo que más ilusión le hacía a Abril era su cantimplora de Minnie que le regaló su abuela Juliana para la ocasión.
Su tía Inés se encargó de plasmar el peinado que con sus tres añitos no dudó en elegir: «una trenza juntada con el pelo suelto». Con el remate de una goma de pelo de Peppa Pig, Abril no dudó en subirse a la mesa para mirarse al espejo y dar el visto bueno al peinado. A continuación, preparó su mochila de Frozen y, después de no entender por qué no podía ir en bici, salió decidida de casa para afrontar esta nueva etapa.
Sobre los hombros de su padre fue hasta el colegio público de Puig d'en Valls y una vez en la puerta entró corriendo directa hacia su clase. Aunque solo había ido una vez, en la primera reunión de contacto, ya se sabía el camino. «Por aquí, vamos», iba indicando a sus padres y a sus tías.
Entre sus nuevos compañeros, frente a la que será su aula, era la más impaciente mientras esperaban la orden de entrada. «¿Dónde está la profe?», preguntaba. Abril entró directa, colgó su mochila en el perchero, inspeccionó el aula y se sentó junto a un niño, Alejandro, con quién empezó a jugar con la plastelina. Al igual que Abril, otros 24 niños y niñas le acompañarán este curso en la clase B de P3, mientras que en la A habrá otros 25 alumnos de tres años. Todos ellos vivieron ayer la experiencia de empezar el cole en Puig d'en Valls.
La nueva profesora de Abril, Mari Carmen, explicó que el primer día lo dedica a presentarse ante sus nuevos alumnos, a enseñarles el aula, a jugar y a decidir dónde colgará cada uno su mochila. «Estoy ilusionada, pero también con muchos nervios», reconocía Mari Carmen, que detalló que el primer día de adaptación, como están los padres, los niños están más relajados, aunque los siguientes días para algunos se les hace más difícil quedarse.
El centro educativo se encarga de informar a los padres de todo aquello que necesitarán su hijos durante el curso, como una bata y una bolsa de tela o plástico para meter el tupper con el almuerzo y la cantimplora del agua, todo con su nombre.
Los padres, además deben aportar 50 euros para el material, un paquete de folios y si tienen material en casa que no quieren como juguetes o puzzles los pueden llevar a la escuela.
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