“Entendemos que se tendrá que revisar o cerrar el uso de pozos que vendan agua en acuíferos en malas condiciones”, apuntó Palerm, quien también consideró que sería necesario “regular el consumo. ¿Sabemos en qué se está gastando el agua?”, se preguntó el presidente del GEN.
En todo caso, Palerm señaló que “todavía falta leernos la letra pequeña” del decreto de sequía que el Govern prevé aprobar a mediados de este mes.
Desaladoras
El presidente del grupo ecologista también consideró que se ha llegado a un extremo en que es necesario “replantearnos la situación y ser conscientes de que el agua no la tendremos de manera infinita. Es posible que hayamos llegado a un límite y tengamos que aceptar que las desaladoras son una solución”. Por lo que apuesta por aumentar la producción de estas instalaciones en invierno, “ya que su producción en esta época está cercana al 40% y el coste no se incrementaría demasiado”.
En cuanto a la prohibición para la apertura de nuevos pozos, Palerm aseguró que “tenemos muy claro los sitios donde no se pueden hacer, que es donde hay acuíferos salinizados”. No obstante, el presidente del GEN es partidario de no ser taxativos en un futuro y que los pozos nuevos que se perforen en acuíferos en buen estado se utilicen “para usos agrícolas y no para después alquilar casas”.
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