El presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Serra, apostó por mantener esta actividad turística «mientras haya un equlibrio entre lo que se ofrece y las consecuencias y para esto hacía falta un control que nunca se había llegado a definir. Con este reglamento tenemos un instrumento más para acotar y regular los party boats y esto es positivo». En esta misma línea se expresó la titular de Turisme de Eivissa, Carmen Ferrer, quien aseguró que estas embarcaciones deberán cumplir las mismas exigencias en seguridad alimentaria, aforo y sanidad que los establecimientos en tierra. «Tienen que cumplir los mismos requisitos que los restaurantes y discotecas que ejercen su actividad en tierra. Por ejemplo, sanidad, seguridad alimentaria, control de aforo y requisitos de ruido. Las mismas exigencias que hay en tierra se deben dar en el mar porque no es justo que haya una deslealtad respecto a las actividades que se dan en tierra», afirmó Ferrer, quien precisó que la «tendencia» es «equiparar las exigencias a las de restaurantes y discotecas».
Por su parte, la consellera de Medi Ambient de Formentera, Sílvia Tur, la regulación de este producto turístico «se limita a un artículo dentro de un decreto que tiene que ver con la clasificación de empresas turísticas y que no tiene más de 12 líneas». Y añadió: «Las condiciones que se establecen no son las adecuadas y la regulación a un mes de las elecciones es falsa ya que establece una analogía con las discotecas en suelo urbano que no existe y sólo pretende realizar un registro de empresas».
Tur recordó, además, que las fiestas en embarcaciones con música causan una perturbación muy importante en la tranquilidad de las playas y la costa de Formentera y son una amenaza para el modelo turístico que defendemos». En este sentido apuntó que todos los partidos votaron por unanimidad prohibir este producto turístico en el litoral de Formentera. La titular de Medi Ambient en la pitiusa menor lamentó que este reglamento «se olvide de la voluntad de Formentera», isla que el decreto convierte «en la pista de baile de Eivissa», concluyó.
2 comentarios
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Si tienen que cumplir los mismos requisitos que las discotecas, entonces, me parece que no cumplirán ninguno y se pasarán las leyes y ordenanzas por el forro.
Si tienen que cumplir los requisitos de ruido tendrán que cerrarse los barcos para que el volumen que ponen a la música no se oiga fuera y no le amarguen la vida a los que quieren estar tranquilos al borde del mar. Quedarán un poco raros estos barcos, la verdad, con una cúpula de cristal. No sé que me da que seguirán haciendo lo que les dará la gana