Fernández aseguró que las prioridades se centran en «regularizar la situación de los trabajadores» de dichos centros sociosanitarios y que éstos «cobren su nómina en tiempo y forma», algo que en los últimos meses no ha sucedido por los problemas del Consorci Sociosanitario, que se encuentra en proceso de liquidación.
Desde la conselleria balear de Serveis Socials se han comprometido con los trabajadores a trazar una hoja de ruta y representantes de la Fundació viajarán semanalmente a Eivissa para reunirse con los directores de las residencias –el de Can Raspalls tendrá que nombrarse– además de con el Consell d'Eivissa para reforzar la coordinación. En todo caso, Fernández descartó que en un futuro el Ejecutivo balear externalice los centros sociosanitarios. «El modelo anterior era urgente cambiarlo y la situación económica a día de hoy hace posible que la gestión se asuma de manera directa», comentó la consellera Fernández, quien también afirmó que se tendrá que llevar a cabo una modificación presupuestaria para poder financiar su gestión. El presupuesto para este año de la Fundació d'Atenció a la Dependència, que gestiona dos residencias en Palma, es de 22 millones de euros.
Sandra Fernández recordó que a lo largo de este año está prevista la puesta en marcha de 14 nuevas plazas de trastorno mental severo –ya hay 15 funcionando– y 36 para personas con discapacidad intelectual en Can Raspalls. La residencia de Can Blai tiene 114 plazas para personas dependientes, de las que 94 son residenciales y 20 para estancias diurnas.
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