Dos niñas recortan telas en la carpa de la Fundación Deixalles | Toni Escobar
El bulevar Abel Matutes se convirtió ayer en una mini escuela de concienciación sobre reciclaje y sostenibilidad. En la carpa de la Fundació Deixalles se enseñaba a los niños cómo hacer ropa nueva a partir de prendas viejas o rotas en su taller de costumización. «De esta manera se les quiere sensibilizar para evitar que el residuo textil no acabe en la basura», explicó su coordinadora Flor dell'Agnolo. Mientra tanto, el puesto de la Cruz Roja les mostraba los diferentes contenedores de la recogida selectiva. El premio para los que superaban la prueba era una flor plantada en una hucha reciclada. Un pasos más allá, podían intercambiar juegos y libros con otros niños. Aquellos con vocación de escultores también explotaban su vena artística creando figuras a partir de papel reciclado, despùés de observar todo su proceso de su elaboración. O bien podían aprender a montar imanes de nevera a base de chapas y témperas de colores.Pero el momento de máxima expectación llegó de la mano del Guerrero de la Limpieza, un superhéroe enviado por la compañía de limpieza Herbusa para explicar a los niños que tienen que esforzarse en ahorrar agua, energía y recursos naturales para salvar el planeta.
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