El Partido Popular de Formentera solicitó ayer al equipo de gobierno de la isla que aclare su postura con respecto a los party boats, «ya que un día piden su regulación y al día siguiente cambian de parecer y exigen su prohibición, algo que desorienta a instituciones y empresarios», lamentó la formación en un comunicado.
Desde el PP recordaron al Consell Insular de Formentera que la reunión celebrada el pasado miércoles, para debatir el conflicto surgido a tenor de la presencia de embarcaciones de excursiones marítimas con fiestas en la isla, «no es la primera que se produce sobre este tema y que en ningún momento se trasladó que su objetivo fuese la prohibición de esta actividad». «Estamos sorprendidos porque, incluso el mismo día de la reunión, salía en la prensa una nota de la consellera de Turisme en la que esta pedía su regulación, algo con lo que estamos de acuerdo, y que es lo que hacen las administraciones gobernadas por el PP, mediante la elaboración de protocolos de actuación y coordinación inter administrativa, la realización de un código de buenas prácticas junto al sector y la puesta en marcha de mayor vigilancia e inspección», añadieron ayer desde el PP de la pitiusa menor. Para los populares el equipo de gobierno del Consell Insular «ha mostrado con esta falta de coordinación una vez más la tónica de su política, basada en impulsos y no en medidas eficientes que satisfagan a todos».
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Recuerdo cuando se instaló la marca CATIER en la calle Sa Creu de Ibiza. Mármol y latón bruñido en la fachada para honrar el lujo de la nueva Ibiza rica. Al cabo tuvo que cerrar porque el VIP, ese forastero aceptado y aplaudido como nuevo pilar de nuestro bienestar, no compraba lo suficiente. Ibiza a fundamentado su atractivo combinando fiesta nocturna y calma diurna para que estos fatigados epicúreos se recuperaran, en concordia con la ciudadanía, en sus yates y en sus casas sobre el mar. Nos convenía a todos, nos interesaba a todos. Pero la invasión de embarcaciones sucias que contaminan las idílicas calas del litoral de basura y aguas negras, con la nueva e inestimable colaboración de los party boats y su tufarada estética y acústica, los va echando de la isla. Llegan los yates más grandes del mundo como fantasmas deslumbrantes, pero se está yendo la clase media-alta que sostiene la economía global de la isla. Ibiza no era una moda pasajera, era un producto único y sólido.