Vista de s’Església Vella desde el antiguo puerto de ses Estaques. | ANTONI TORRES (Flickr)
El historiador Antoni Ferrer Abárzuza es un buen conocedor de la Isla y uno de sus lugares favoritos es una pequeña montaña de Santa Eulària: s'Església Vella. «Ahora se conoce este sitio porque se ha construido ahí el Palau de Congressos d'Eivissa, pero el ‘pujol' cubierto de pinos siempre ha cerrado la bahía de Santa Eulària por levante», explica Ferrer.
«Es un lugar con mucha historia y desde arriba del todo se puede ver un espléndido paisaje», motivo por el cual al historiador ibicenco le gusta este enclave. De acuerdo con las explicaciones de Ferrer, al subir la montaña se puede contemplar desde es cap des Llibrell hasta punta Arabí, y algo más allá, el islote de Tagomago. Pero a Ferrer no le gusta solo esta parte del paisaje, pues agradece que «los pinos oculten en parte un hotel cercano y el ensanche del pueblo, ambos excesivos».
Se trata de un rincón con un ambiente especial que, además, es cercano y tiene fácil acceso desde Santa Eulària, destaca Ferrer. «La inmensidad del mar y el aire espiritual del nombre del lugar hacen que sea un sitio próximo y asequible para ir a pensar o, simplemente, a quedar encantado por los colores y texturas de nuestra Isla».
Son varias las leyendas que rodean el monte de s'Església Vella y se cree que se le llama así porque en su cumbre se situó la primera iglesia del pueblo, posiblemente una pequeña capilla o ermita.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.