Ayer nadie se fue del Ayuntamiento de Sant Joan sin haber saludado y hablado unos segundos con el flamante alcalde, porque hasta eso lo tiene controlado Carraca. Su experiencia y sus años como alcalde quizás le podrían haber hecho más distante; igual a otros sí, pero no a Toni Marí. Como dicen los que mejor le conocen, a él le gusta dialogar (aunque en política suene a tópico), conversar, escuchar a los que no comparten su opinión y sobre todo tratar de convencerlos. Porque en su virtud está su defecto y por su excesivo diálogo acaba siendo un poco caparrut, como reconocía ayer un amigo y compañero suyo. Esta legislatura cumplirá 16 años de alcalde y no parece tener fecha de caducidad.
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