Unidos por el espíritu de 'Ceodosito'

Se trata de un muñeco negro de pequeño tamaño y de ojos saltones que lleva siempre consigo Rodrigo «como ejemplo de como se puede quedar alguien si no hacemos caso del cambio climático». Y es que, como sucede en muchas ocasiones, una imagen vale más que mil palabras y el pequeño muñeco se ha convertido ya en un voluntario más.

Informando con juegos

Todos ellos ponen su esfuerzo y su sonrisa en informar de lo necesario que es tomarse en serio el tema de la contaminación y lo hacen a través de varias representaciones que se acumulan ordenadas en una pequeña mesa.

La que más llama la atención es un juego con una balanza que tiene un plato verde y uno amarillo en el que se van colocando una serie de pesas que simbolizan las 10,25 toneladas de CO2 que emite cada persona de media en Balears al año según sean buenas o malas nuestras acciones.

Junto a ello, Rossana y Esther, también tienen un juego de 20 cartas en el que se informa mediante un dibujo de lo positivo que es usar una bicicleta en lugar del coche, ya que se ahorra hasta 0,5 toneladas o de la necesidad de reciclar para evitar una tonelada de CO2.

Sin embargo, la realidad es que poca gente se para a recibir información en el Mercat Nou, no como en el Paseo de Vara de Rey o en la Plaza del Parque, dónde Esther afirma que «son los mejores lugares porque hay espacio y más tiempo para poder explicar todo».

En este sentido, Laila asegura que lo mejor de este trabajo es «explicar a los niños, ya que son los que más saben del tema porque ya lo han aprendido en sus colegios, dejándonos a todos con la boca abierta de todo lo que conocen».

Ahora, tras su visita al Mercat Nou, la siguiente parada de estos voluntarios de la Fundación Deixalles es en Sant Josep durante toda la semana que viene.