Lo que hemos aprendido con este viaje es que podemos opinar e influir sobre normas que damos ya de por sí establecidas y que pensamos que no se pueden cambiar. Y a nivel personal, ha sido uno de los mejores viajes de mi vida», explica Laia Poyal, una de las 11 estudiantes del instituto Sa Blanca Dona de Eivissa que viajó el año pasado a Sotrondrio (Asturias) en el marco del proyecto de intercambio cultural y de buenas prácticas ARCE, financiado por el Ministerio del Interior.
«Sa Blanca Dona participa en este proyecto con un centro de Asturias y otro de Valencia. El año pasado fuimos a Valencia y los alumnos trabajaron tres ejes: mediación, participación del alumnado y tutoría entre iguales. Este año nos hemos centrado en la participación del alumnado», explica Òscar Prat, jefe de estudios de Sa Blanca Dona, uno de los docentes que viajó a Asturias con los profesores Luis Ruiz y Maria Josep Belenguer. Así, los alumnos ibicencos trabajaron con los asturianos sobre las normas y su efectividad en tres talleres que planteaban si las normas son necesarias, quiénes las crean y, por último, la transmisión de las mismas. «Te das cuenta de que las normas tienen una razón, un por qué están establecidas. Asimismo aprendimos que las que existen se pueden modificar, por ejemplo, el llevar las gorras o pañuelos en clase. Mientras no tapen la cara se podrían llevar porque es como llevar una diadema. Más allá de la comunidad educativa surgió también el debate sobre si las normas son justas; hemos hablado sobre temas que podemos aplicar en la vida diaria», explicó Paula Domínguez, otra de las estudiantes ibicencas que participó en el intercambio.
Durante una semana, los alumnos de estas tres comunidades autónomas han intercambiado impresiones sobre la importancia de las normas o su ámbito de aplicación.
A esta parte más curricular se suma la experiencia personal: «Hemos crecido mucho como personas porque nos hemos desenvuelto en un ambiente que no es el nuestro, con gente que no conocemos, por lo que hemos desarrollado muchas habilidades sociales», afirma Paula. Y es que tanto profesores como estudiantes coinciden en afirmar que la experiencia ha sido muy positiva en todos los sentidos. «Nunca habíamos estado en Asturias, hemos hecho amigos y ya hemos dicho que o vienen ellos de vacaciones o vamos nosotros», cuenta Laia. De momento, los ibicencos recibirán a sus compañeros asturianos del 28 de marzo al 1 de abril del año que viene.
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