La Conselleria balear de Obres Públiques ha limitado a 3,50 metros la altura máxima de la entrada a Sant Antoni «por seguridad». La medida se adoptó a raíz de una denuncia que interpuso un transportista tras chocar contra los plátanos y se mantendrá hasta que se efectúe la poda, en otoño, para subir el gálibo a cuatro metros.
La limitación de la altura ha causado malestar entre las empresas de transporte discrecional de la isla debido a que ahora tienen que acceder al pueblo por ses Païsses, ya que la mayoría de sus vehículos miden entre 3,60 y 3,70 metros de altura.
Según explicó el presidente de la Asociación de Servicio Discrecional, Antonio Caballero, los transportistas no fueron informados de esta decisión que les afecta de forma directa.
«Los conductores lo vieron el día después de poner el disco y así se dieron cuenta de que no podían pasar», se quejó Caballero, que indicó que ahora los autocares se deben desviar por ses Païsses y entrar por la carretera que une Sant Antoni y Sant Josep. «Esto conlleva más tráfico y no llegamos nunca. Y esto nos molesta bastante y al cliente también, que pierde tiempo», se quejó el presidente de la asociación.
Por ello, Caballero explicó que la agrupación ha pedido una reunión con el Consell d'Eivissa para que les permitan acceder «como siempre», por debajo de la alameda, «hasta que busquen una solución». En este sentido, recordó que el gálibo afecta a una decena de empresas de transporte discrecional de la isla que aún no han terminado su temporada.
Tras el accidente
Desde Obres Públiques informaron ayer que están en contacto con el Ayuntamiento de Sant Antoni para acordar la solución de podar los árboles el próximo otoño. En este sentido, insistieron en que el gálibo se decidió instalar tras el accidente.
Ribas: «La alameda si no está bien podada, históricamente ha dado problemas»
EL APUNTE
El responsable de la empresa de transporte regular Autobuses San Antonio, Alfonso Ribas, descartó que la medida afecte a sus vehículos, porque ninguno llega a los 3,50 metros de altura. Sin embargo, según indicó, «la mayor prohibición es la misma alameda» debido a que los problemas que tienen los autobuses de línea no son por la altura de los árboles sino por su crecimiento hacia lo ancho. «Históricamente ha dado muchos problemas porque tiene ramas que crecen hacia el centro de la carretera y, cuando un autobús de 2,50 de ancho se cruza con otro autobús, un camión o un vehículo grande, hace poner los pelos de punta, nos sobra un palmo por el medio», destacó el transportista.
Ribas también coincidió con Caballero en que no tenía conocimiento de esta medida, aunque insistió en que a los autobuses regulares esta decisión de la Conselleria no le afecta. «Puede haber uno de transporte regular que por altura le afecte pero sería la excepción», afirmó Ribas, que indicó que los conductores «siempre han tenido mucha preocupación por la alameda».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.