Los vecinos se han quejado en los últimos días de los malos olores que desprende la depuradora de Platja d'en Bossa, situada en la carretera de ses Salines. Desde la Conselleria de Medi Ambient reconocieron ayer que es una planta que está en «mal estado» y sufre «problemas puntuales» y por eso se están realizando unas obras de ampliación que cuestan 7,4 millones de euros. Los trabajos incluyen también el arreglo del emisario submarino.

Por ejemplo durante el mes de julio cedió una válvula del emisario que provocó un vertido, pero fue arreglada y ya no ha vuelto a ceder en este punto, según expresaron desde la Conselleria. Pero es habitual que durante el verano, por la gran cantidad de material que llega a la planta, haya más problemas. «Son problemas propios de una depuradora obsoleta y desfasada, pero las averías se van arreglando y pese a ello la planta funciona razonablemente bien», recalcaron desde Medi Ambient, donde también remarcaron que las obras estarán finalizadas en el mes de febrero.

Los trabajos comenzaron el pasado invierno y durante la inauguración de los mismos los responsables políticos anunciaron que con la nueva depuradora se acabarán las averías que provocan vertidos en el parque natural y los malos olores en la zona turística de Platja d'en Bossa.