El Ayuntamiento de Eivissa quiere poner en marcha el sistema de bicicletas públicas en la ciudad, conocido como 'bicing', este mismo otoño mediante la introducción de 600 bicicletas y la instalación de 50 aparcamientos.
El concejal de Movilidad, Joan Rubio, anunció ayer que el sistema ya está en proceso de contratación y que supondrá una inversión de 1,4 millones de euros, que serán financiados a través de los usuarios mediante tarjetas para residentes, a 35 euros anuales, y para turistas, con bonos de tres y seis días.
Según explicó Rubio, se trata de una de las propuestas incluidas en el Plan de Movilidad de Vila, donde la bicicleta «está pensada como un transporte público». Por ello, la circulación se logrará mediante «usos compartidos» con los vehículos pero con una reducción de la velocidad máxima a 30 km por hora, que se aprobará próximamente.
«Es un sistema que funciona en casi todas las ciudades en las que se implantó el 'bicing'», explicó el edil, quien remarcó que «paralelamente, en todas las calles que se vayan remodelando se construirán carriles bici, como tiene ahora la avenida 8 d'Agost». Entre éstas, en principio se cuentan la avenida de Sant Jordi de ses Figueretes, y en un futuro el primer cinturón de ronda cuando se convierta en una vía urbana. «Pero la idea es que vayan funcionando por las zonas compartidas para tener un modelo alternativo de movilidad», apuntó Rubio.
Los parámetros de colocación de las bases para las bicicletas aún están por definir, según Rubio, aunque tendrán prioridad «las playas más urbanas como son ses Figueretes y Talamanca», así como la futura estación de autobuses, Cetis. «La idea inicial va a estar en el casco urbano y es para dar una alternativa para entrar a la ciudad sin vehículos, para dejar el coche en los parkings disuasorios y poder utilizar la bicicleta o el autobús. Estarán destinadas para mover este flujo de gente desde el primer cinturón hacia el puerto», apuntó el concejal, aunque no descartó que en un futuro se puedan extender a otros puntos más lejanos del municipio.
Asimismo, Rubio explicó que las bases para bicicletas, que contarán con quince aparcamientos cada una, «se colocarán en un ratio que no exceda los 200 o 250 metros» para facilitar la cercanía en caso de que haya mucha demanda.
El Consistorio calcula que unos 2.000 residentes al año se sumarán al 'bicing' y que cada año se expedirán 35.000 tarjetas para turistas, un perfil de usuario que en otras ciudades no se ha tenido en cuenta pero que en Vila sí se incluirá por la cantidad de visitantes que recibe cada verano la ciudad.
Aunque aún se tiene que profundizar en la forma de funcionamiento del bicing, en el caso de los residentes el bono servirá para utilizar la bicicleta como transporte durante un máximo de 20 minutos, si no, habrá recargas y penalizaciones. También se estudia la forma de poder alquilar la bicicleta por viaje. Pero para conocer a fondo el sistema, según Rubio, durante la Semana de la Movilidad que se celebrará en septiembre se hará una campaña informativa para explicar cómo funcionará el bicing y cómo deberán circular las bicicletas por las calles de la ciudad. El concejal destacó que en ciudades como Sevilla y Barcelona el 'bicing' es un sistema con mucho éxito, tanto, «que incluso el problema que están teniendo es que no hay suficientes bicicletas de lo bien que está funcionando», concluyó el edil.
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