El president Francesc Antich mantuvo ayer una reunión con el máximo responsable del Consell Insular d'Eivissa, Xico Tarrés, y entidades empresariales y sindicales de la Isla con la crisis económica y la coyuntura turística como tema principal pero la primera autoridad balear sorprendió trayendo bajo el brazo como propuesta estelar (más bien única) la aprobación hoy de la inversión precisa para la construcción del nuevo hospital de Can Misses.
«Mañana el Consell de Govern tratará un acuerdo que autoriza el gasto de construcción, conservación y explotación del nuevo complejo asistencial de Can Misses y dos centros de salud vinculados, uno dentro del mismo recinto hospitalario y otro en Sant Josep, lo que supondrá una inversión aproximada de 670 millones en 30 años», explicó Antich.
Las primeras consecuencias de esta aprobación no tardarán tanto en hacerse patentes puesto que «el primer efecto es que una vez se haya aprobado este acuerdo, la Conselleria de Salut puede comenzar todos los trámites para la licitación de la obra del hospital y la idea es comenzar el proceso en agosto y finalizarlo lo antes posible», apuntó el president.
El acuerdo para definir la inversión autonómica en estas instalaciones sanitarias no es el único asunto que el Consell de Govern tratará hoy y que supondrá la llegada de dinero a Eivissa. Según el máximo responsable del Ejecutivo autonómico anunció 1,5 millones en forma de ayuda en materia de transporte.
No parar el puerto
La comparecencia del president ante la prensa sirvió también para conocer su opinión respecto a la polémica sobre la ampliación del puerto de Vila y la petición de paralización de las obras formulada por la Unesco, que desea evaluar los posibles efectos de las obras sobre la posidonia.
La opinión del jefe del Ejecutivo autonómico es la de que «no hay que parar el proceso, sin perjuicio de que hay que hacer todo lo posible, y sé que se han hecho las peticiones al Gobierno de España para que las traslade (a la Unesco), para que lo antes posible los representantes de esta entidad puedan venir y ver el proyecto».
Respecto a los posibles problemas que pudiera generar en los elementos Patrimonio de la Humanidad, y que los ecologistas del GEN apuntan que podrían suponer la pérdida de éste reconocimiento, Antich consideró que estos se pueden considerar como inexistentes.
«Desde que salió la noticia, por lo que conozco, hay una voluntad de la Autoritat Portuària de que entre todos consigamos que los representantes de Unesco vengan lo antes posible a ver el proyecto. Hay una voluntad de total transparencia, de que no se oculte nada, y de que la obra realmente se pueda hacer porque ha sido estudiada desde muchos ámbitos y cuenta con todos los informes medioambientales, tanto de la Conselleria como del Ministerio», consideró Antich.
La visita de ayer de Antich a la sede del Consell sirvió para que el jefe del Ejecutivo autonómico estampara su firma en el convenio de cesión de sa Coma por parte del Gobierno.
Se trata, como dijo el president, de un paso en el proceso que se tiene que seguir para que la instalación acabe en manos del Consell. Al respecto, Antich avanzó que el de mañana será el último Consell de Govern de la temporada y no será hasta finales de mes que no se retomarán estas reuniones. Será entonces cuando se aprobará la firma de la cesión al Consell d'Eivissa.
La falta de este trámite no impedirá que ambas administraciones continúen trabajando conjuntamente para la instalación de diferentes servicios en el recinto de sa Coma.
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