El conseller de Mobilitat, Albert Prats, defendió ayer durante el pleno del Consell que los viales bici de la carretera de Sant Miquel son la solución menos peligrosa para ciclistas y peatones y aseguró que así lo recomiendan todos los técnicos. Por eso, pese a las críticas, el carril bici continuará formando parte del proyecto, porque además quitarlo retrasaría un año las obras, ya que habría que cambiar todo el trazado.
Prats indicó que hay tres o cuatro puntos de la carretera en los que existen problemas porque el carril bici queda demasiado cercano a casas o negocios. En esos puntos se estudiará si es mejor reducir el vial, desviarlo por un camino trasero o incluso eliminarlo para evitar afecciones. Estos cambios que habrá que hacer sobre el proyecto inicial no retrasarán de forma importante (sólo unas semanas) las obras, como sí lo haría un cambio de modelo como reclaman los expropiados o el PP. Durante el pleno, Prats también pidió a los populares que no entren en el «peligroso juego de la demagogia» y les ayuden a llevar adelante el proyecto porque la reforma es «urgente», después de que hayan aparecido grietas en el firme.
A la sesión plenaria acudieron media docena de expropiados. Uno de ellos, Joan Torres, intentó intervenir en el pleno, pero el presidente Xico Tarrés le recordó que no tenía la palabra.
La consellera del PP Carmen Domínguez matizó que no están en contra de los carriles bici y que quieren que la vía se arregle, pero aseguraron que el proyecto actual es mejorable y hay que buscar alternativas. La consellera aseguró que no han sido desleales con el Consell en ningún momento, porque pese a no haber visto prácticamente el proyecto votaron a favor de él por «lealtad institucional» y porque pensaban que todo estaba consensuado. «Hemos perdido la confianza en usted», dijo Domínguez, que indicó que es lógico que la oposición critique los fallos que pueda haber en el proyecto, como las 78 salidas que hay en la carretera y que supondrán «un peligro» para los ciclistas.
La consellera puso como ejemplo la carretera que va de Sant Rafel al cruce con la vía de Santa Eulària, una obra que es un «buen modelo» y en el que se expropió a 132 personas «sin que nadie protestara».
Domínguez también solicitó infructuosamente que el Consell alargue durante un mes el plazo de alegaciones para la carretera de Sant Miquel, algo que el conseller Albert Prats denegó porque indicó que todavía se pueden presentar alegaciones hasta el 7 de mayo, con lo que habrá habido un espacio de casi dos meses naturales, en los que «por primera vez en la historia» el proyecto también se ha podido consultar por internet.
El conseller aseguró que ha habido máxima transparencia, porque ha ido personalmente a explicar el proyecto a los vecinos afectados, que «suelen estar en contra porque no quieren expropiación».
El conseller defendió además que hacer que los ciciclistas y peatones caminen por un arcén pintado «es una falta de respeto» hacia ellos, porque significa que circulen al lado de buses, camiones y coches, lo cual es peligroso. Respecto a las 78 salidas indicó que también estarían en caso de que las bicis pasaran por el arcén.
Prats también se preguntó dónde estaba Domínguez en 2006, cuando hubo la polémica de las carreteras. «Lo que ocurre es que han encontrado ustedes un tesorito con este tema», añadió el conseller, que indica que muchos ciudadanos le piden que se haga carril bici y muchos afectados por la vía de Sant Rafel ahora dicen que «es una lástima» que no se hiciera en ese proyecto. De todas formas, reconoció que no se podrá hacer nunca una vía «a gusto de todos».
Convenio carreteras
El Consell aprobó ayer con el voto favorable del PP el convenio de carreteras. Es la tercera vez que este documento pasa por pleno, pero había que volver a hacerlo por el cambio de nombre del ministro de Fomento y por pequeños matices técnicos puestos por el Ministerio de Economía. La consellera Carmen Domínguez confió en que a la tercera «vaya la vencida» y que pronto se pueda firmar. Albert Prats indicó que la fecha de la rúbrica es el 14 de mayo.
El conseller explicó que colocar el carril bici en la carretera de Sant Joan, que se aprobará en pleno a finales de mayo, es bastante más complicado que en la de Sant Miquel. En esta vía habrá que usar caminos alternativos por donde circulen las bicicletas. Uno de los casos es la zona del cruce de Sant Llorenç, por donde el carril bici se desviará por un camino que ya existe hasta el núcleo del pueblo «para hacer un recorrido más paisajístico y patrimonial» porque además no se puede pasar junto a la carretera al haber viviendas, restaurantes y árboles que se quieren preservar. En esta vía alternativa coches y bicis compartirían el uso. No se asfaltará y se señalizará debidamente.
Prats estuvo esta semana en el Consell d'Alcaldes y enseñó algunos borradores de la vía al alcalde, aunque el proyecto final no está todavía listo.
Respecto a la alegación que presentará la asociación de vecinos de Santa Gertrudis conjuntamente para que se incorpore el carril bici al arcén en la carretera de Sant Miquel, Prats explicó que la estudiarán, pero en principio es mejor para la seguridad para los ciclistas ir separados de la vía.
Desde la asociación ecologista Amics de la Terra se mostraron ayer a favor de los carriles bici separados de la carretera porque son más seguros. De todas formas, reconocieron que la expropiación de fincas «siempre es delicada y es lógico y legítimo que los propietarios protesten». La organización defiende que en Mallorca, gran competidor turístico de Eivissa, apuestan por el cicloturismo. Además, consideran que con estos carriles bici los niños podrán circular sin peligro y los padres no tendrán que «hacer de taxi».
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