Hasta tres años de prisión enfrentan los acusados Juan F.C. y su esposa, Juana María del Carmen C.G., por la presunta comisión de un delito contra el medio ambiente. Están acusados de construir en 2002, sin licencia posible, una piscina y una pérgola en el cordón dunar de s'Arenal, en la playa de es Migjorn de Formentera.
El fiscal solicita tres años de prisión por el presunto delito contra el medio ambiente, dos años y medio por otro supuesto sobre la ordenación del territorio y uno más por la desobediencia que supone ignorar los precintos. Además, en el caso de que la sentencia les sea desfavorable, los acusados tendrían que demoler lo edificado sin licencia, a pesar de que, según el perito medioambiental que ayer declaró en el juicio en calidad de testigo, el daño sobre el sistema dunar de s'Arenal es irreversible
Juan F.C. ya fue condenado por agredir a José Ramon Mateos, entonces concejal de Formentera, y al aparejador municipal, Antonio Calvo. Según trascendió ayer en el juicio, la agresión se produjo un día después de que el acusado, propietario de Las Dunas, en es Migjorn, se entrevistara con el alcalde de Formentera y el aparejador municipal acerca de las obras que, supuestamente, estaba realizando sin licencia y en territorio declarado Àrea Natural de Especial Interés (ANEI). Cuando el concejal, el aparejador y la Policía Local llegaba a Las Dunas para precintar las obras, se produjo la agresión, por la que también fueron acusados los hijos de Juan F.C.
El juicio quedó ayer suspendido porque faltan por escuchar los relatos de varios testigos, entre ellos el de José Ramon Mateos. Los abogados de la defensa intentaron varias estrategias para lograr que la juez del Juzgado de lo Penal número 1 suspendiera el juicio, lo que finalmente sólo lograron en parte.
Ayer, en el juicio, Antonio Calvo explicó que, en su momento, el acusado le presentó la placa de una licencia para construir una piscina que, en realidad, no se refería a la que ayer fue objeto de juicio. Calvo dijo que el acusado le explicó que él «solucionaría esto con el alcalde» y, supuestamente, reconoció que «no tenía licencia». La piscina y la pérgola ocupan 140 metros cuadrados. Según explicó el perito medioambiental, su construcción supuso la desaparición de las plantas de la zona y la destrucción del hábitat.
En el caso de que aumentara la presión urbanística sobre el sistema dunar, señaló el técnico, el desequilibrio podría llegar incluso a la desaparición de la playa. A pregunta del fiscal, el perito también se refirió al lirio de mar, especie vulnerable y escasa declarada de interés especial.
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