CONCHA ALCÀNTARA
El Ayuntamiento de Eivissa ha hecho mediciones de ruido en la zona del instituto blanca Dona ante las quejas de la dirección del centro por la contaminación acústica en el centro debido a la proximidad de las obras del segundo cinturón de ronda y el desvío del tráfico de Sant Antoni por la calle Raspallar en el que está ubicado el instituto. Las mediciones de ruido revelan que las obras de las máquinas generan un nivel de contaminación acústica de 47 decibelios cuando la ordenanza municipal establece un máximo de 30 decibelios.

El Consistorio realizó una soniometría, un aparato de medición de los ruidos y vibraciones, en base a la ordenanza municipal de protección del medio ambiente y la salud frente a la contaminación acústica.

Las máquinas que se utilizan para las obras están en torno a los 47 decibelios, según las mediciones. No obstante, los resultados de la soniometría han quedado alterados y han salido negativos ya que el ruido de fondo ha desvirtuado las mediciones por el continuo trasiego de coches y camiones por la calle Raspallar tras la desviación del tráfico que ha hecho la empresa sin consultar con el Ayuntamiento de Eivissa.A ello se suma el propio ruido provocado por los propios alumnos del instituto. El ruido de fondo es también de 47 decibelios.

El Ayuntamiento de Eivissa, no obstante, certifica que las obras de las máquinas exceden el ruido permitido aunque la soniometría da negativa por el ruido de fondo con lo que los resultados han quedado desvirtuados. «Blanca Dona soporta unos niveles de ruido muy altos», aseguran fuente municipales.

Para que los resultados de la soniometría sean más efectivos, una solución sería paralizar el tráfico en la calle aunque supondría un caos en la circulación de la zona que es muy elevada.