Abdelhak Diki junto a sus familiares se disponen a comer el cordero que ha sido sometido a todo el ritual de la fiesta 'Eid al Abha'. Foto: MARCO TORRES

El polideportivo de Es Viver fue ayer el escenario de una de las fiestas religiosas más importantes con las que cuenta la población musulmana, junto a la fiesta del Ayuno que anuncia el fin del Ramadán. Este festejo conocido con el nombre de 'Eid al Adha' consiste en una ceremonia en la que se sacrifica un cordero por cada familia. Un ritual cuyo significado, según El Corán, el libro sagrado de los musulmanes, radica en el recuerdo del sacrificio que realizó Abraham, quien estuvo dispuesto a matar a su primogénito Ismael por amor a su Dios, también presente en la Biblia. Según las escrituras, Alá perdonó la vida del muchacho a cambio de la de un carnero, permitiendo así que Ismael siguiera con vida y diera origen al pueblo árabe.

Desde entonces, la tradición se ha repetido año tras año con un acto que, según explica el portavoz y tesorero de la comunidad islámica de Eivissa, Abdelhak Diki, comienza a las 08,30 horas con un rezo tras el que el imán Mohamed Aajoud realiza un sermón que tiene una duración aproximada de media hora y tras las felicitaciones, los musulmanes se dirigen a las carnicerías donde tienen encargados los corderos para proceder al sacrificio del mismo. «Estos animales tienen que ser degollados; para que sufran lo mínimo, tiene que ser una matanza pacífica y tranquila y debe hacerse con la cabeza mirando hacia el este, hacia la Meca, y de este modo dejarlo desangrar antes de despellejarlo», comentó Diki. Asimismo, el ritual también se puede hacer con otros animales, aunque lo fundamental es que se hayan adquirido en las carnicerías musulmanas de la isla. «Si el cordero no se mata en nombre de Dios no se puede comer y es muy importante para el musulmán comprar carne en las carnicerías musulmanas de toda la isla, ubicadas en Sant Antoni y en ses Figueretes», destacó.