Aunque no hay proyecto oficial, por Portinatx ya circulan planos de la instalación propuesta, que contempla 191 amarres en la zona de es Portitxol que se haría ganando terreno al mar y rellenando una pequeña cala que hay en la zona para hacer una explanada en la que se colocarían los talleres. El espacio que ocupa coincide exactamente con la ubicación que marca el Plan Territorial Insular (PTI) como zona II: en la que está permitida la implantación de embarcaderos y «sólo de forma excepcional y justificada» la autorización de puertos deportivos.
Aunque desconoce el promotor de esta iniciativa, el Pacte aseguró ayer que quién está dando a conocer entre los particulares la iniciativa es «Tomas Suárez, un empresario de Portinatx y ex concejal del Ayuntamiento de Sant Joan». «Nadie se puede creer que este socio directo del PP esté ofreciendo los amarres si no tiene la seguridad de que le aprobarán el proyecto», señaló, lamentando que «una vez más los proyectos privados vayan por delante del interés general». El conseller progresista Joan Boned manifestó su temor de que la «excepcionalidad la determinen los intereses particulares y no vaya en función de la necesidad de amarres que tenga la isla», como, señaló, ha pasado con las Normas Subsidiarias de Sant Josep, que contemplan un campo de golf en Platja d'en Bossa, en los terrenos de Abel Matutes.
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