Las cerca de 24.000 plazas turísticas disponibles en Formentera bajo la modalidad de viviendas turísticas vacacionales, que en la actualidad están fuera de control o regulación oficial, tienen hasta el 30 de setiembre como plazo límite para iniciar un proceso de regularización de sus plazas siempre y cuando superen los controles e inspecciones pertinentes. Las que superen las pruebas y exámenes, que debe realizar el Consell Insular de Eivissa i Formetera, podrán comercializarse oficialmente la próxima temporada
A partir de ese momento, según dijo hace unas semanas el concejal de Turismo del Consistorio de Formentera, Cándido Valladolid, «el proceso de regularización de las viviendas denominadas como alegales, o según como se valore, ilegales consentidas, que no hayan solicitado su permiso o proceso de regularización, no tendrán posibilidades de ajustarse al marco regulador -y señaló Valladolid-, las viviendas que no cumplan los requisitos mínimos, tendrán un plazo de seis meses para adecuar sus viviendas a fin de pasar las inspecciones y engrosar de forma legal y controlada la oferta vacacional de la isla de Formentera» de lo contrario serán excluidas del listado oficial y sancionadas por la comercialización de un producto sin garantías ni control.
La regularización de este tipo de plazas, 24.000, que triplica las turísticas oficiales, unas 8.000, ha sido desde hace años el caballo de batalla tanto del Patronat Municipal de Turisme como de los últimos gobiernos municipales y con la Ley promulgada recientemente por el Govern de les Illes Balears, se hace justicia a las peticiones de Formentera que señalaba la necesidad de que se tuviera en cuenta en esta ley las peculiaridades del sector turístico de Formentera.
En este sentido Menorca lleva aplicando una normativa similar y adecuada a su territorio desde hace un año, mientras Mallorca y Eivissa también contaban con normativas que permitían iniciar el control de esta actividad.
Ahora por fin Formentera cuenta, tras años de solicitar al Govern adecuación normativas a las especificidades de la isla, con una herramienta para ir controlando la oferta vacacional como única manera de ir subiendo la calidad del alojamiento en la isla, que en definitiva es el objetivo final de todos los representantes del sector turístico.
La oferta de viviendas vacacionales representa una vía para atraer al turismo de alta calidad, ya que según se comenta desde el sector, se trata de visitantes que realizan gastos en la oferta complementaria y comercios en las zonas en que residen durante sus vacaciones. Según, los expertos «las viviendas vacacionales son todo lo contrario al todo incluido, porque genera riqueza y es un buen producto para la oferta complementaria».
Las viviendas vacacionales como tal en Balears existen desde hace décadas, pero tuvieron su expansión en los años 90, cuando se produjo el boom de l turismo residencial comercializándose ilegalmente a través de agencias inmobiliarias e internet.
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