Diversión hasta en el museo

Los encuentros comenzaron el pasado martes y terminan esta tarde con el último taller del programa, que volverá a tener lugar en la necrópolis del museo.

Una carpa para resguardar del sol a los pequeños y la maleta didáctica de la historiadora Carmen Mezquida fueron todos los elementos que ayer utilizaron los pequeños que no quisieron perderse esta oportunidad. Y con la ayuda de la restauradora Elena Jiménez y con todas las ganas de diversión de los pequeños participantes, la tarde comenzó con juegos de mesa, espadachines que libraban batallas con espadas de madera y otros entretenimientos salidos de esta maleta, que ambas, historiadora y restauradora, crearon a través de la investigación sobre los juegos de las épocas romana, fenicia y púnica.

Pero como los chicos, chicos son, comenzaron tirándose piedras antes de animarse a probar los juegos que Mezquida les tenía preparados. «Tirarse piedras es un juego tradicional entre ellos», bromeaba otra joven participante por el comportamiento de sus compañeros.

«Para mí lo más importante es que ellos se den cuenta de que esta gente vivía, sentía y jugaba. Es lo que más me gusta transmitir», comentó Mezquida sobre esta propuesta para acercar la historia a los niños. «Cada año intento que vengan más y que se sientan a gusto, porque creo que explicarles fechas, batallas y tipologías no sirve para atraparlos, que es de lo que se trata», agregó.

Y para atraparlos, ayer había para todos los gustos. Los más moviditos pudieron correr, tirar el diábolo hacia el cielo y volverlo a coger, así como saltar a la soga por la necrópolis; mientras que los más tranquilos pudieron aprender juegos de tablero como el llamado 'Ur' que se jugaban en la mesopotamia, o el Senet, un antiguo juego egipcio. L.A.