Fomentar el uso del catalán entre los más pequeños a través de juegos. Esta es la finalidad de la 'Trobada d'Escoles Junts per la llengua', que ayer reunió más talleres que nunca con grandes dosis de originalidad. Los niños que se acercaron ayer a Vara de Rey pudieron hacer un poco de todo. Desde elaborar puntos de libro, hasta construir marionetas de dedo o fabricarse un collar de la diosa Tanit. «Este año hay muchos talleres nuevos, además de los clásicos, que siempre funcionan», explicó Gemma Tur, presidenta de la Associació Pitiüsa per a la Renovació Pedagògica (APREP), organizadora de esta jornada junto a la Federació d'Associacions de Pares i Mares d'Alumnes y el Institut d'Estudis Eivissencs.
Una de las actividades más divertidas fue la que idearon algunos profesores del IES Quartó de Portmany. En ella todo aquel que quisiera se podía subir al escenario para escenificar una rondalla. Para hacerlo se necesitaba la figura de un voluntario que debía narrar la historia y un par de actores que debían interpretarla con ayuda de carteles que les indicaban lo que tenían que decir.
Los niños también pudieron elaborar unos originales kebabs de flores -ambientadores naturales hechos de pétalos de rosa prendidos en un alambre- o pequeños pins fabricados con palillos y lana. Además, había numerosos talleres relacionados con el fomento de la cultura tradicional de la isla. Es el caso de uno basado en la fabricación de instrumentos de caña. Los niños podían optar entre un brunyidor, un instrumento que utilizaban antiguamente los pastores de la isla o juguetes musicales como la castanyeta y ecalatrec.
«Los talleres los idean grupos de profesores y muchas veces se incluyen cosas tradicionales, para que aprendan a conocer la cultura de las islas», destacó Tur en un paseo Vara de Rey lleno, en el que los pequeños también pudieron aprender la receta decuinat a través de un taller de legumbres o practicar eball pagès con ayuda de los expertos de la Federació de Colles de Ball Pagès, que mantuvieron animada la tarde con baile y música constante. Esta última actividad llamó mucho la atención de los turistas que andaban por la zona.
En otro de los talleres innovadores se podía aprender a fabricar llaveros a través de hojas de palma, como se suele hacer en Semana Santa. La idea surgió de Neus Marí, una maestra que de pequeña aprendió a trenzar palmas en Sant Joan, su pueblo natal y que hace poco decidió recordar cómo se hacían. Ayer enseñaba a los pequeños a hacer castellets, uno de los múltiples nudos que se utilizan para fabricar las palmas. «Los chicos aprenden rápido», aseguró Neus. El bicentenario de Mozart también inspiró algún taller, como es el de fabricación de marionetas de dedo. Otros pequeños se entretuvieron coloreando banderas de Balears o asistiendo a la representación de rondalles que tenía lugar en una pequeña carpa. No faltaron los juegos de lengua, en los que los niños tenían que completar palabras, crear un diccionario rotatorio o jugar con los sinónimos y antónimos. Todo, claro está, en catalán. Claudia Roig
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