Muchos aficionados a la lectura se dieron cita en Vara de Rey. Foto: M. TORRES

Temían que un espectacular domingo de sol y playa ahuyentara a los clientes hacia mejores destinos pero fue la lluvia del sábado la que se encargó de hacerlo.

Adelantar la celebración del Día de Libro para captar más público no salió como se esperaba a causa del mal tiempo, que hizo también que muchos libreros decidieran poner punto y final a la parada de ventas en Vara de Rey pasadas las cinco de la tarde.

Precavidos y conocedores de las pérdidas que puede suponer el agua para una jornada como ésta, los libreros llegaron armados con plásticos protectores que debieron utilizar cada vez que el cielo cubierto de nubes rompía en lluvia.

Porque la mañana había empezado pasada por agua y el riesgo ya no era dejar de ganar sino empezar a perder. Así que, de a ratos, los clientes tuvieron que mirar a través de los plásticos protectores, cada vez menos transparentes por la acumulación de agua.

Aún así hubo un momento para que el ambiente festivo típico de Sant Jordi se pudiera vivir como tradicionalmente se conoce: el paseo lleno de gente, los clientes inclinados sobre las mesas en busca de un libro que regalar o regalarse, y los puestos de rosas vendiendo rosas rojas para la tradición y rosas azules como innovación fueron posibles durante las horas del mediodía.

Unas horas en las que dio lugar también al desarrollo del programa de propuestas que tenía previsto acompañar a la venta de libros. Entre ellas, como novedad, se pudo apreciar eball pagès de Sa Colla de Sa Bodega, cuyos integrantes hicieron su demostración sin las vestimentas típicas; las firmas de libros de los autores ibicencos, que se llevó a cabo con normalidad bajo una carpa instalada por el Ayuntamiento, así como los talleres para los más pequeños, quienes a cubierto, pudieron colorear su propio punto de lectura y dar forma a una rosa de papel.

«Más que para vender libros salimos por tradición, porque al final las ganancias siempre sirven para cubrir gastos, para nada más», explicaba Santi de la librería Vara de Rey. Según este librero, el más vendido de la mañana había sido el mismo que desde hace cuatro años, es decir, los libros de Dan Brown, en todas sus formas y colores.

«De la isla los que más se vendieron hasta ahora fueron El's Morts y el libro de fotografías antiguas Martin Davies», agregó el librero.

También hubo libros de cocina, de jardinería, y especialidades que tuvieron su público así como «Las crónicas de Narnia» y «Mauricio o las elecciones primarias» de Eduardo Mendoza, que también fueron de los más comprados en la parada de Deski; cuyos libreros y vendedores no estaban contentos con la recaudación: «La lluvia nos ha arruinado algunos libros y la verdad es que hemos vendido muy poco», aseguró Toni, uno de ellos.

Hoy , el Día de Sant Jordi tiene su segunda oportunidad por la mañana en otros pueblos de la isla como son Santa Eulària y Sant Antoni, donde más libreros instalarán sus puestos de venta de libros y rosas.

Luciana Aversa