Foto de grupo de los representantes de los partidos con la vicepresidenta del Govern.

T. B./J. M.
La reforma del Estatut d'Autonomia de les Illes Balears chocó en la reunión de la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, con los partidos con representación parlamentaria con el punto en el que se estipula el nacimiento del futuro Consell de Formentera, rompiendo la posibilidad de un consenso que facilite la aprobación del futuro texto fundamental de la Comunitat Autònoma.

Por esta razón, el PP cerrará la ponencia parlamentaria para la reforma del Estatut el próximo viernes con o sin el respaldo del resto de las fuerzas políticas parlamentarias. Con excepción del PP, que asegura que hay tiempo suficiente para llegar a las próximas elecciones (el año que viene) con todo perfectamente legislado como para que pueda funcinar el Consell formenterés, según apuntó el diputado y conseller por Formentera, Pep Mayans, el resto de formaciones expresaron su rotundo rechazo a renunciar a un periodo transitorio de cuatro años durante el cual permanezca en el Consell de Eivissa el representante de la Pitiusa menor, una premisa que los populares consideraron «innecesaria, injusta e inaceptable». La vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, aseveró que el Estatut se aprobará «con toda seguridad» en el Parlament el 13 de junio, «a fin de que se apruebe en el Congreso de los Diputados antes de febrero de 2007». «Balears tendrá un nuevo Estatut antes de que finalice esta legislatura y lo deseable sería aprobarlo en el Parlament con el mayor consenso posible, pero, de no ser así, es una realidad absoluta que el PP votará a favor del texto», sentenció Estaràs, quien consideró que la Ponencia «ha quedado desbloqueada», una opinión que no compartieron en absoluto el resto de partidos.

Pese a las desavenencias, todos los partidos respaldaron la creación del nuevo Consell, pero defendieron una transición de cuatro años, a partir de las elecciones del año que viene, para que tome su forma definitiva. Para los populares, «no tiene ningún sentido» que una vez constituido el Consell de Formentera persista en el de Eivissa un representante de Formentera. Según explicó, mantener este conseller en la Institución ibicenca implica aceptar que los formenterenses «no están preparados para autogestionarse, algo que no estamos dispuestos a permitir», afirmó, tras remarcar que este escenario conllevaría, asimismo, «interferencias en la política insular de Eivissa que «no toleraremos». «Hay tiempo suficiente para que lleguemos a 2007 con la reforma aprobada, lo que permitiría que durante la próxima legislatura la institución pudiera ser una realidad», señaló Mayans, que anunció que la semana que viene se convocará una comisión mixta entre Govern, Consell, Ayuntamiento de Formentera y conseller insular para comenzar a trabajar los asuntos que corresponda gestionar al futuro órgano de modo que pueda ser factible que desde la próxima legislatura las islas funcionen conforme a la nueva organización autonómica.

Por su parte, la portavoz del PSIB, Francina Armengol, defendió que este periodo transitorio es «imprescindible» a fin de garantizar que la isla no quede «al margen» de las decisiones a nivel insular que se tomen en el Consell de Eivissa. La socialista argumentó, así, su defensa al considerar que el traspaso de competencias será un proceso «largo y no inmediato», durante el cual debe permanecer un representante de la isla que defienda los intereses de los formenterenses. «El PP ha roto un acuerdo fundamental que ya estaba cerrado, reabriéndolo con el objetivo prioritario de satisfacer los intereses de su partido» (el PP ganará un nuevo nuevo conseller en Eivissa), lamentó Armengol, para quien este «giro imprevisto que deshace todo lo ganado hasta ahora».