Pocas veces se pueden ver en Eivissa espectáculos como éste. Abundante agua fluyendo entre las piedras, pequeños lagos y una sensacional cascada de más de 20 metros. Es lo que estos días se puede ver en la zona de Rubió de Sant Miquel. Allí, en una finca de difícil acceso, se encuentra el llamado Salt den Toni Fracesc, una cascada que se muestra ahora en todo su esplendor debido a las abundantes lluvias que han caído este invierno. Según explica Catalina del bar Can Solaietes, hacía unos 15 años que el agua no bajaba con tanta fuerza. «El invierno pasado también llovió mucho, pero no llegó a verse bien», aclara Catalina, que añade que son muchos los excursionistas que estos días se están acercando a la zona para ver este impresionante espectáculo de la naturaleza. «Abajo hay un lago en el que la gente se baña cuando hace sol». El salto ha cogido el nombre de la finca, Can Toni Fracesc. Para llegar hasta él hay que coger la carretera a Es Portitxol y desviarse por un camino de tierra. El acceso hasta el salto es empinado y rocoso y debe realizarse a pie. Aunque vale la pena, porque en palabras de una vecina de la zona, «es el espectáculo más bonito que he visto nunca».

Según explica el profesor de Geografía de la Escuela de Turismo Maurici Cuesta, toda la zona de Rubió conforma un plano en el que cuesta mucho drenar el agua. Por eso cuando los acuíferos están llenos el agua rebosa, aunque no es una visión habitual en Eivissa. Claudia Roig