Los agentes de las policías locales de Eivissa y Formentera, ayer por la tarde, recibiendo las clases en el Recinto Ferial.

Cincuenta y cinco policías locales de Eivissa y Formentera se han apuntado a clases para acceder a la universidad, la mayor parte de ellos de los municipios de Eivissa y Santa Eulària. ¿Qué es lo que ha motivado a las fuerzas municipales de seguridad a incrementar su formación intelectual? Pues ha sido una ley, concretamente la 6/2005 del Govern balear, que obliga a los agentes locales a tener, como mínimo, el Bachillerato. Hasta el año pasado bastaba con el Graduado Escolar para acceder a las pruebas, como ocurre todavía en la actualidad con el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Ahora, los policías que ya cuentan con plaza deben obtener el título de Bachillerato para consolidar su puesto de trabajo. En caso contrario, tampoco la perderían, pero se jubilarían con un nivel inferior al de sus compañeros titulados.

Para facilitar las cosas a los policías locales, la Escola Balear d'Administracions Públiques (EBAP) ha organizado los cursos de acceso a la Universitat de les Illes Balears (UIB) para mayores de 25 años.

A quienes obtengan un aprobado en estas pruebas de acceso a la UIB para mayores de 25 años se les convalidará con el título de Bachillerato.

Ascensos
Pero después, los agentes con ambiciones de ascenso sí tendrán que ir a la universidad y estudiar, porque la 6/2005 del Govern balear exige ser diplomados a quienes quieran ser subinspectores y una Licenciatura a quienes deseen ir más allá y llegar a teniente, o más. Las clases se dan en Eivissa, en el Recinto Ferial, y en Santa Eulària, en las instalaciones de la Policía Local ubicadas cerca del puerto deportivo. Allí, los policías estudian Catalán, Matemáticas, Inglés, Geografía, Historia, entre otras.

De la plantilla de la Policía Local de Eivissa se han apuntado a las clases 27 agentes, una cuarta parte del total.

«Ha decidido apuntarme porque sí, pero la verdad es que no sabemos qué es lo que va salir de ahí, porque son cursos que están a unos niveles muy altos. En mi época de estudiante ni se conocían la mitad de las cosas que nos enseñan ahora. Lo cierto es que hay que meterle codos a esto». Hacía más de 30 años que Rafael Planells, un agente de la Policía Local de Sant Josep de 49 años, no se sentaba frente a un libro para estudiar. La pregunta de «¿aprobarás?» le deja pensativo. Y finalmente responde: «Nos van a meter una crujida...». «Mi hija tiene 16 años y el chico, 21. Los dos se meten conmigo, me toman el pelo, pero mi hija me ayuda a sacar las cosas en Catalán. Antes, cuando yo iba al colegio, si hablabas en catalán te daban dos golpes, y ahora me obligan. Los tiempos cambian». Este agente recuerda que en una ocasión, cuando estaba haciendo la mili, fue arrestado por hablar en ibicenco. «Fue en el cuartel y me arrestaran. Lo hizo un teniente porque me oyó hablar en ibicenco por teléfono con mi madre». Ahora, Planells se devana los sesos para escribir correctamente en su lengua.