J. J. M./ B. R.
Los responsables de Marina Botafoch abrieron ayer por la mañana la navegación en el puerto tras dar aviso a la Autoritat Portuària y a Salvamento Marítimo, según pudo conocer ayer este periódico.

En ese sentido, y durante la mañana de ayer algunos barcos abandonaron sus amarres tras permanecer un mes en puerto sin poder salir debido al peligro de contaminación tras el incendio proclamado el pasado 19 de diciembre en el puerto deportivo.

La directora del puerto Marina Botafoch indicó a este periódico que las tres embarcaciones que aún quedan bajo el agua serán reflotadas esta misma semana. A día de ayer, los operarios continuaban desguazando las dos embarcaciones que rescataron la pasada semana, tras los trabajos pertinentes de los peritos. Una vez desmanteladas totalmente, los restos son trasladados al depósito para su reciclaje. Además, en cuanto la explanada del puerto deportivo quede limpia de restos, la empresa responsable procederá a reflotar las otras tres embarcaciones. A pesar de abrir el puerto a la navegación, aún es visible la barrera protectora que rodea el lugar en el que permanecen los yates afectados por el incendio.

Ajeno al puerto
El incendio que destruyó los cinco barcos no sólo fue presumiblemente fortuito sino que fue por completo ajeno a las instalaciones portuarias de Marina Botafoch. Así lo concluye la investigación realizada por la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Eivissa que, tras los distintos informes emitidos por los técnicos, resuelve que las primeras llamas comenzaron a bordo de una de las embarcaciones.

El atestado policial fue presentado ayer mismo en el juzgado al que competía investigar lo ocurrido. Dicho informe, sin embargo, no hace referencia alguna al hecho de que se hayan podido delimitar las causas concretas que motivaron la aparición de las llamas pero descarta sin ningún género de dudas que el fuego se iniciara en alguno de los abastecedores de luz y agua de los que dispone el puerto, tal y como se barajó los días posteriores al suceso. Los informes periciales, tras la inspección ocular que llevaron a cabo en su día los agentes de la Guardia Civil, han corroborado que por circunstancias imposibles de aclarar se inició un fuego a bordo del «Olimpia». En total, se cree que los dueños de los cinco barcos siniestrados perdieron un patrimonio que alcanza los diez millones de euros.

El «Olimpia» era una embarcación que, al parecer, había tenido varios problemas durante su estancia en Eivissa y había precisado distintas reparaciones, según informaciones recogidas por este periódico. Su propietario, a quien no se localizó en la isla cuando tuvo lugar el incendio, también cuenta con otras embarcaciones de lujo en otros puertos del litoral español y en enclaves turísticos internacionales. Entre los puertos donde el magnate ruso tiene yates amarrados figura al menos el de Marbella.

El «Olimpia», propiedad de un magnate ruso valorado entre los dos y los tres millones de euros, fue la primera embarcación que se incendió en las primeras horas de la madrugada, según han podido colegir los peritos. Para los técnicos, pese a la minuciosidad de la investigación,ha sido imposible discernir en qué lugar del yate comenzaron las llamas, circunstancia por la que tampoco se ha podido concretar si un cortocircuito fue el origen de todo. Independientemente de ello, queda claro que el fuego se extendió con extremada rapidez. Los estudios efectuados prueban que en ningún caso el origen del fuego fue debido a algún problema en el puerto.