Ser quienes guían la imagen de sus clientes y arriesgar sin miedo en innovación y creatividad fueron los principales consejos que medio centenar de peluqueros recibieron del formador Oscar Guinea durante las VIII Jornadas Técnicas de Peluquería.

El hotel de Pachá se convirtió ayer en un aula de moda, técnicas y estilos en la que los peluqueros asistentes pudieron apreciar cómo Oscar G, nombre artístico del formador y de la empresa de la que es director general, protagonizaba el seminario intensivo cortando y dando nuevas formas y colores a los cabellos de 17 modelos.

Doce horas de curso, que se dividió en dos clases, una de mañana y otra de tarde. Por la mañana predominaron la información y ejemplos sobre acabados, técnicas de color y peluquería masculina, mientras que, por la tarde, la creatividad estuvo al servicio de los peinados de fiesta, la colección de navidad, los peinados de boda y un nuevo desafío: que los peluqueros se animen a fotografiar sus cortes y peinados para que la imagen de su escaparate no sea otra que la de su propio trabajo. Desde un escenario instalado para el desarrollo de la jornada e iluminado para que nadie perdiera detalle, Oscar G animaba a sus alumnos a tomar el peine por el mango y sin ningún miedo: «Porque el cliente da las pautas, pero el camino lo marcamos nosotros», explicaba.

«Me gusta, porque sigue una línea bastante extremada que no es transmisible al cliente, pero que lo puedes adaptar», comentaba Vanesa, estilista de L'Spai, mientras que sobre el escenario Oscar G extendía el tatuaje que había logrado en el pelo de un modelo, para que, con pegamento de pestañas, las formas continuaran como un dibujo en el perfil de la cara.

«Nuestro mensaje es que en pleno siglo XXI, el peluquero tiene que dar tanta importancia a lo que hace sino a cómo lo hace. Porque ahí es donde va a estar el signo de diferenciación, donde va a destacar de la competencia», explicó una vez debajo del escenario pero con el mismo tono didáctico: «Y la diferencia estará en la experiencia que ese cliente viva en la peluquería, que puede ser porque allí haya un dj o porque le sirvan un té, o más directamente en el proceso propio, al recomendar un buen producto, al dar una solución para un problema que tenga el cliente o facilitándole la vida para que el peinado se peine solo».

Según Oscar, las fuentes de inspiración de las que bebe un peluquero son muchas: las pasarelas, las revistas, las fotografías, el cine y la calle. Pero, según su consejo, el trato con los clientes es la principal base con la que el peluquero podrá dar con el look apropiado: «Con técnica de corte no sólo sale por cómo tu mueves el cabello, sino por lo que hay detrás, por cómo viste esa persona y qué momento va a vivir. Entonces lo que se logra al final es el conjunto de todo un estilismo, de todo lo que denominamos look».

Una comida fue ofrecida en el Hotel de Pachá para todos los participantes y la jornada se cerró con un desfile en el que se lucieron todos los ejemplos de la jornada, pero con el toque sofisticado propio de una pasarela.

L.A.