Los agricultores afrontan un nuevo hándicap para que sus producciones sean rentables.

El sector agrario de las Pitiüses advierte del perjuicio que les está causando la escalada del precio del combustible que se ha producido en los últimos meses a causa de la precaria situación internacional en el mercado del petróleo.

El gerente de la cooperativa de Santa Eulària, Antoni Ferrer, asegura que en las últimas semanas han aumentado las protestas de sus algunos de sus asociados. «Recibo quejas cada dos por tres», dice. Ferrer explica que la cooperativa proyecta instalar antes de final de año dos depósitos de 10.000 litros cada uno para servir gasóleo de tipo A y B a un precio algo más económico. Ferrer confía en que al menos pueda ofrecer el carburante a 10 céntimos por litro más barato. Actualmente los agricultores de la isla sólo pueden adquirir el gasóleo para maquinaria agraria en las estaciones de servicio de Sant Joan y Sant Rafel.

El precio del gasóleo agrícola ha registrado un repunte de casi el sesenta por ciento en Balears desde 2003, pasando de algo más de cuarenta céntimos por litro a los casi 70 céntimos actuales, un nuevo récord histórico, según alertó hace unos días la asociación agraria Asaja, quien advirtió que la situación es «insostenible» para los agricultores y ganaderos.

El presidente de Asaja en Balears, Biel Company, alerta del malestar en el sector primario balear por estos fuertes repuntes, mostrando además su preocupación por los planes del Gobierno central de subir el impuesto especial de hidrocarburos, lo que «empeoraría más esta situación». Según subraya Company, los agricultores «asisten atónitos ante lo que supone un aumento progresivo de sus costes de explotación en función de los incrementos del precio del citado combustible, a los que se añade unos cuatro céntimos de más de media por el efecto de la insularidad». Por ello, pide una actuación decidida de la Conselleria y el Ministerio de Agricultura para buscar una solución a este problema.