De nuevo el reclamo es vincular un político de relevancia nacional e internacional con una polémica; en este caso, el ex ministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes con las reformas viarias previstas por el Consell para las carreteras del aeropuerto y de Sant Antoni. Una periodista se llegó a desplazar a Eivissa para hacer un reportaje al que se han dedicado cuatro páginas que comienzan de la siguiente manera: «Los habitantes de Ibiza han dejado de lado la tranquilidad que les acompaña los meses de invierno y están en pie de guerra. La culpa la tienen 23 kilómetros de carretera». Este arranque, toda una declaración de intenciones sobre el artículo en el que los argumentos del PP expresados por la consellera Stella Matutes chocan con los de las plataformas de afectados, oposición política y ecologistas, abre un examen sobre los proyectos en el que los protagonistas son, fundamentalmente, la propia consellera y su padre, contra el que arremeten los afectados y los opositores. Un apartado importante se refiere a cómo afectan las expropiaciones al negocio de Toni Malalt, al que se le expropian el invernadero, la casa y los locales, además de inhabilitar temporalmente un pozo, fundamental para los cultivos de la empresa. «Si nos expropian, nos tendremos que jubilar», comenta el afectado. R. U.