Los Reyes durante el acto de homenaje.

IVÀN MÚÑOZ/R.L.
Eivissa no se quedó ayer atrás a la hora de sumarse a los cinco minutos de silencio convocados en toda España en memoria de las víctimas fallecidas en los salvajes atentados cometidos en Madrid. Fueron mucho los centros de trabajo, institutos y organismos oficiales que simultaneamente cesaron su actividad durante unos momentos cuando los relojes indicaban el mediodía para rendir sentido homenaje a los inocentes que aquel fatídico día perdieron la vida.

Así lo hicieron por ejemplo en el Consell Insular, donde tanto el presidente, Pere Palau, como algunos consellers abandonaron junto al resto del personal sus tareas durante cinco minutos para salir a la avenida de Espanya y recordar en silencio los desgraciados hechos. A ellos se sumaban algunos de los ciudadanos que pasaban por allí en aquellos momentos. No había palabras pero seguro que una mezcla de recuerdos y sentimientos se apoderó de la mente de los que se reunían.

El Ayuntamiento, la sede de Hacienda, el Colegio de Médicos, sindicatos, juzgados, colegios y plazas son sólo algunos de los puntos donde también se guardaron cinco minutos de silencio.

En el resto de Balears también se siguió masivamente la convocatoria. El Govern consideró que «la herida» que dejó en todos los españoles el atentado terrorista del 11 de marzo en Madrid «es tan profunda que no podrá cicatrizar nunca mientras quede un solo terrorista que continúe haciendo uso de las armas». «Un año después, nadie ha olvidado, no podemos olvidar, no queremos olvidar», decía el Ejecutivo autonómico en una declaración institucional leída por su portavoz, Joan Flaquer, en la que recalcaba que el recuerdo de las víctimas se mantendrá «vivo» y en la que reitera el apoyo del pueblo balear a los familiares de los afectados. En esta declaración institucional aprobada por el Consell de Govern de Baleares con motivo del primer aniversario de «la peor barbarie terrorista» de la historia española, el Ejecutivo autonómico recuerda la «consternación, la rabia y la impotencia» que se apoderó de toda la sociedad el 11 de marzo del 2004. Y asegura que el espíritu de la movilización ciudadana que surgió tras los atentados terroristas «no ha decaído», porque «cada demócrata mantiene vive la esperanza de un futuro sin el peor cáncer de la sociedad contemporánea». Convencido de que «todo el peso de la Justicia» caerá sobre los culpables, el Govern balear vuelve a condenar «la brutalidad de aquel acto tan execrable» en un aniversario que «no debería haber existido nunca». También deposita su confianza «en la unidad de los demócratas, en la acción policial, la Justicia y la colaboración internacional para acabar con la infamia» del terrorismo.

Al término de los cinco minutos de silencio guardados a las puertas del Consell Insular, el presidente de este órgano, Pere Palau, recordó así lo sucedido hace un año en Madrid: «Ha sido uno de los hechos más desastrosos que han pasado en este país desde que comenzó la democracia. Hoy es una fecha muy dolorosa para todos los ciudadanos españoles, que nos tiene que servir para hacer frente común para acabar con esta lacra que es el terrorismo, sea del signo que sea. No se entiende que se pueda querer alcanzar ningún objetivo bajo el signo de la amenaza, las armas y el asesinato», explicó. Además, manifestó su incredulidad con que hechos como estos puedan pasar, y sobre todo que sean obra de seres humanos: «Cuando se trata de una catástrofe natural es muy difícil evitarlo, pero que sea causada por personas no tiene explicación», concluyó.