Los pasajeros que viajaban en el Nixe a primera hora de la mañana no quisieron bajarse del barco hasta hablar con los responsables de la naviera.

Ayer y a bordo deNixe, buque insignia de Baleària en el trayecto entre Formentera y Eivissa, se produjo un hecho sumamente preocupante. Los pasajeros se amotinaron después de que el barco, una vez más, no hubiera podido atracar en la Savina y los hubiera devuelto a Eivissa. En ese momento los cerca de 90 pasajeros que habían cogido la primera conexión de la mañana hacia la Pitiusa menor, entre 50 y 60 trabajadores, funcionarios municipales, maestros, empresarios que habitualmente cubren la ruta a diario más un alto número de transportistas que por ser lunes viajaban en la embarcación, se negaron a desembarcar deNixe hasta que se personara en el barco un representante de la compañía a la que hacer públicas sus quejas por el lamentable servicio en palabras de los habituales, de este barco que nuca sale a su hora, nunca llega a su hora y demasiadas veces deja tirados a los pasajeros .

La película de los hechos según narraba una pasajera, M.I., que viaja a diario por motivos de trabajo a Formentera fueron los habituales: «ENixe ha salido diez minutos tarde, porque nunca sale a la hora, y cuando hemos llegado a Formentera ha probado de atracar y al cabo de un par de minutos ha dado la vuelta y ha regresado a Eivissa». Al comunicárseles que regresaban a Eivissa, algunos pasajeros pidieron que se avisara a la embarcación que partía de Eivissa a las ocho y media de la mañana para que les esperara, pero la demanda no surtió el más mínimo efecto. «Nos cruzamos con el rápido que iba prácticamente vacío». Para esta pasajera «no es normal que desde que eNixe cubre el primer viaje de la mañana, los 50 ó 60 habituales que vivimos en Eivissa y trabajamos en Formentera, lleguemos tarde al trabajo, si todo va bien un cuarto de hora o media hora, pero en días como hoy, con más de tres horas de retraso».

Al llegar al puerto de origen los pasajeros exigieron la presencia de un responsable de la naviera Baleària para hacer patentes sus quejas, pero mientras se esperaba la llegada de un dirigente de la naviera compareció un inspector de transportes del Consell ya que algunos usuarios habían utilizado el móvil para denunciar directa o indirectamente a las instituciones la gravedad de la situación.