Un participante medita ante el papel cómo va a realizar su dibujo.

El paseo del puerto, el molino de Sa Punta o la iglesia. Paisajes de Sant Antoni pintados con lápices y ceras de colores. Alrededor de cien niños se dieron cita ayer en la carpa de la localidad para participar en el concurso de dibujo «Pintem Sant Antoni», en el que los pequeños tenían que utilizar como tema central de sus trabajos cualquier elemento de la localidad.

Desde las 11'00 horas los diminutos artistas iban pasando por las mesas habilitadas en el recinto para dar rienda suelta a su imaginación y demostrar sus dotes creativas. Los monitores prestaban atención a todo lo que hacían, pero esta vez era distinto a cualquiera de los talleres a los que están acostumbrados a asistir. Dado que se trataba de un concurso, no podían ayudarles en la realización de los dibujos. Sólo pequeños consejos muy generales, «un cielo no es así de blanco, dale un poco más de color» y cosas así. Algunos, con el lápiz en la boca en actitud pensativa, le daban vueltas a lo que representar. Otros iban ya con la idea meditada desde casa y sólo les faltaba plasmarla, tarea que hacían con esmero. Había quien como regla utilizaba una caja de pinturas plásticas a la hora de hacer las líneas rectas. Y más de uno pedía permiso para hacer otro dibujo, el cual era concedido por los monitores después de advertir que sólo uno entraría en concurso.

Los diseños ya terminados se colocaban en el montón asignado a cada una de las cuatro categorías establecidas según la edad. A cada una le corresponderán cuatro premios, que se encargará de otorgar un jurado compuesto por unas ocho personas, entre los que estarán los monitores de los talleres y algún miembro de la corporación municipal de Sant Antoni. Los autores de los dibujos con más calidad recibirán hoy un premio consistente en un lote de material de dibujo, para que puedan seguir desarrollando la capacidad pictórica que ya desde jóvenes muestran.