La plataforma 'Eivissa al límit', integrada por el GEN, Amics de la Terra y el Institut d'Estudis Eivissencs escenificó ayer en Vara de Rey el funeral de la difunta isla de Eivissa, «víctima de la destrucción territorial», en un acto de protesta que contó con la participación de 70 personas aproximadamente.

Cuatro personas portaron a hombros el ataúd, escoltado por «los cuatro jinetes del apocalipsis ambiental [el PTI, el PGOU de Eivissa, la nueva ley ambiental balear (LECO) y las Normas Subsidiarias de Santa Eulària], los cuatro asesinos de nuestra naturaleza que van arrasando todo lo que encuentran a su paso y representan también una amenaza para lo que queda sin destruir», según explicó el ecologista Mariano Marí, en representación de la plataforma. Los cuatro jinetes, vestidos con el atuendo de la muerte, portaban una guadaña en su mano como símbolo de la destrucción del territorio.

La comitiva instaló la 'capilla ardiente' al pie de la estatua de Vara de Rey, donde se leyó un manifiesto de protesta. Allí los ecologistas abrieron el féretro por última vez para mostrar una maqueta de la isla con construcciones en todo el territorio Posteriormente la comitiva, la mayoría vestida de luto, desfiló por delante del ataúd para despedirse de la isla. Se pudieron ver en el acto caras muy conocidas del movimiento ecologista de la isla, entre ellas la del ex presidente del Colegio Oficial de Arquitectos Salvador Roig, aparte de una nutrida representación de la Plataforma antiautopista. No hubo, eso sí, ningún representante de los partidos políticos.

En su manifiesto, los ecologistas recordaron que el PTI es «la destrucción planificada y coordinada de todo el conjunto de Eivissa y Formentera». Es un documento para hacer legal la destrucción de nuestras islas», dijo Mariano Marí, del GEN. El PGOU de Eivissa es, según la plataforma, «la demostración de lo fácil que se olvidan los principios éticos y la dignidad política», mientras que las Normas Subsidiarias de Santa Eulària son un nuevo ejemplo de «hasta donde puede llegar el afán de los políticos en defensa de la especulación y la depredación sin freno del territorio».