Juan José Piedra Molina, en su estudio en el que trabaja y hace sus consultas, muchas de ellas por internet. Fotos: GERMÃN G. LAMA
Es un sistema lógico que tiene sus técnicas y sus claves, que hay
que ir aprendiendo y que hay que ir entendiendo», explica Juan José
Piedra Molina, quien desde hace dos años trabaja profesionalmente
como diseñador humano: «Lo que ofrecemos a la gente es un análisis
de su personalidad en el que puedan reconocerse a sí mismos y
puedan encontrar cuál es la manera de moverse en la vida, que es
correcta para cada uno. Lo que tenemos normalmente son esas ganas
de cambiar cosas porque estamos diseñados para no conocernos a
nosotros mismos y para no saber cómo somos».
El diseño humano es un producto local. Así lo asegura Juan José
cuando narra cómo comenzó ésta nueva vía para el análisis de la
personalidad que guarda mucha relación con la tradicional carta
astral pero que en 19 años de existencia ha alcanzado con sus
enseñanzas a los países de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra,
Austria, Ucrania, Italia, Grecia, Australia, Japón, recientemente,
y a casi toda la geografía española: «El fundador del sistema es un
canadiense que, a través de la vida, recaló aquí y tuvo una
experiencia mística en Sant Joan en la que recibió la transmisión
del conocimiento de todo este sistema. Él reconoce abiertamente que
esto no se lo ha inventado sino que le ha llegado durante una
semana completa en la que recibió toda esta información mientras
iba tomando apuntes de qué era todo esto y cómo funcionaba. Luego
necesitó unos siete años para primero convencerse a sí mismo de que
no estaba loco, y luego para empezar a intentar comprender, desde
una persona que no tenía idea de astrología, la posición de los
planetas, cómo se calculaba todo esto con la fecha de nacimiento y
ya empezó a hacer sus gráficos y sus primeras lecturas en Sant Joan
el año 1985. Al ver que podía comunicar esto a la gente, se cambió
de nombre para llamarse Ra Uru Hu. Su nombre real nunca lo he
sabido», narra Juan José Piedra quien además asegura que los
comienzos son lo único «extraño» de un sistema que define como
lógico.
Este informático, que ha tenido muchos y diferentes trabajos desde
que decidió fijar residencia en Eivissa, se topó con la primer
conferencia acerca del diseño humano en el año 1995.
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