Un tobogán que trae cola

Las colas para la compra en carnicería, para pedir cita al médico o pagar en las rebajas forman parte de la vida cotidiana de los adultos, pero que sean los niños de tres años los que tengan que empezar a hacer cola, a esa tierna edad, es menos habitual y, para más inri, para poder disfrutar del único tobogán que disponen en su colegio. Eso es lo que les pasa a los niños de educación infantil del colegio Blanca Dona de Eivissa. Después de varios años reivindicando un parque infantil en condiciones, ya que el antiguo era de hierro y no cumplía los requisitos de seguridad, el colegio de educación infantil y primaria consiguió finalmente que se le adjudicara uno, por concurso, pero la sorpresa fue mayúscula cuando llegó el nuevo, que se limitaba sólo a un tobogán.

El antiguo, ahora convertido en arenera, tenía unas dimensiones de 17x11. La diferencia entre ambos es más que evidente. «No parece ni parque; con todo lo que ha costado tenerlo, no tiene ni columpios. Los niños están chafados», comentaba la madre de uno de los niños al recordar que el colegio llevaba desde hace varios años pidiendo un nuevo parque ya que el antiguo no cumplía la normativa. A esto hay que sumar, que el nuevo parque, pese a que fue instalado recientemente, ya tiene problemas de mantenimiento y cuando llueve se convierte en un auténtico barrizal. En la explanada donde antes estaba situado el parque los niños también han sufrido varios percances, porque la zona no se encuentra en condiciones adecuadas para los más pequeños.