Un 'correfoc' dio inicio a la Nit de Sant Joan que se celebró ayer en Eivissa.

Ayer fue la noche más corta pero una de las que se vivió con mayor pasión e intensidad. Muchos ciudadanos de los diferentes municipios salieron a la calle a ahuyentar a los malos espíritus con la quema de foguerons.

Según cuenta la tradición, antiguamente los vecinos abrían las puertas y ventanas de sus casas para que el humo entrase y así limpiase sus hogares de los malos espíritus. Se decía que el humo era purificador. La celebración de la Nit de Sant Joan es la fiesta pagana de mayor relevancia y la más antigua, según un documento del siglo XV del antiguo órgano de gobierno que regía en la Pitiüses: la Universitat.

Ya por la tarde, se dejaron sentir los cohetes que los niños lanzaban entusiasmados. Pero la cosa se empezó a animar a las 22,10 horas, cuando las luces del paseo de Vara de Rey se apagaron y entró en escena el pasacalles. Las calles se llenaron de 'ramilletes' de pirotecnia, de zancudos y de sonidos traidos desde Valencia. La música vino de la mano de la Unió Musical de Alaquas.

Después, el grupo de teatro Comica, con su espectáculo 'Llàgrimes de foc', convirtió el parque Reina Sofia de Eivissa en el escenario que narraba la historia de un pueblo nómada que encuentra su liberación a través de sus sueños. Una pirámide de siete metros, una grúa y una pantalla fueron los instrumentos con los que Comica se valió para llevar a cabo su actuación. La pantalla proyectaba unos labios que simbolizaban al dios que hacía hacer a los habitantes cosas sin sentido e inútiles. Éstos, cansados de sus mandatos y prohibiciones, viajan por todo el mundo en busca de la luz. Y su periplo valió la pena porque, al final, los habitantes de este pueblo nómada consiguen la liberación a través de la luz que estaba representada por un volcán, materializado en el fogueró.

Entre setenta u ochenta jóvenes del municipio de Eivissa fueron los protagonistas que llevaron a cabo la realización de tan magnífico espectáculo.

C.V.