El presidente del Consell, Pere Palau, admitió ayer que esta
temporada puede haber «una recesión» en el sector turístico, pero
que en ningún caso se puede hablar de crisis. El descenso de la
demanda del mercado británico puede condicionar, según Palau, esta
bajada en la actividad turística, aunque no cree que sea «tan mala
como la del año pasado».
Este periódico recogía el pasado fin de semana la opinión de
hoteleros, entre ellos el presidente de la Federación hotelera,
Pedro Matutes, y comerciantes que lamentablemente coincidían en que
este año la temporada ha comenzado más floja. Hay hoteles incluso
que ahora mantienen abiertas sus puertas no porque tengan clientela
sino porque tienen un personal fijo discontinuo con unos meses que
deben respetar.
Palau reconoce que hay mercados «como el alemán y el británico
que no van a igualar las cifras de hace unos años», pero insiste en
que «hay otros como el mercado nacional, el francés o el italiano
que van a aumentar», circunstancia que será «muy positiva» porque
permitirá diversificar el turismo y acabar con la dependencia de
unos pocos mercados. Para el presidente es «evidente» que si los
resultados de este inicio de la temporada «se comparan con los de
hace unos años se ha producido una recesión», aunque destaca que
«lo mejor es esperar a hacer valoraciones en octubre, cuando
contemos con todas las cifras de la temporada».
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