«Ésta es una de las pocas cosas que podemos hacer», confesaba ayer Pilar López, administrativa de Can Misses, mientras aguardaba su turno en la sede de la Hermandad de Donantes en Eivissa donde se convocó una extracción extraordinaria, ante el llamamiento que hizo el centro de transfusiones de Madrid por el atentado terrorista.

«Estamos reponiendo stocks», afirmaba el presidente de la Hermandad de Donantes de Eivissa, Antonio Sepúlveda, ya que, por la mañana, se habían enviado las existencias de los donantes de Balears a Madrid. Sepúlveda agradeció las muestras de solidaridad ante el llamamiento de petición de sangre: «Hemos tenido muy buena respuesta», comentaba.

En esta jornada de dolor se avisaron a los donantes de los grupos 0+ y 0-, los más solicitados, como Xico Tarrés y Sandra Mayans, donantes habituales, que se acercaron a primera hora de la tarde a la hermandad. Otros, como Susana Alfaya, de 22 años, se disponía a donar por primera vez. Acompañada de su madres y de un grupo de amigas de Santa Eulària, algunas de ellas ya con experiencia, Susana quiso también mostrar así su solidaridad y superar su miedo con el atentado. «Otra cosa no podemos hacer y todo lo que se haga es poco», confesaban. Entre ellas estaba Consuelo Alcaraz, que hace apenas que tres meses acudió a donar sangre y ayer intentó, de nuevo, hacerlo pero no pudo por el poco tiempo transcurrido entre una extracción y otra. Sin embargo, Consuelo confesaba que su hijo, Miguel, que estudia en Palma, sí pudo donar. Entre las personas que dieron muestra de su generosidad circulaban comentarios de dolor y consternación. «Si hay asesinos sueltos, al menos que hayan personas que puedan dar algo».

La actividad en la Asociación de Donantes de Sangre era incensante en la tarde de ayer. Sepúlveda llamaba a los donantes, muchos de ellos nuevos, para la extracción. Uno de ellos, una enfermera de Urgencias de Can Misses pedía permiso para entrar antes del turno que le correspondía ya que tenía que trabajar. Nadie dudó un momento en dejarla pasar.