La consellera de Agricultura del Govern, Margalida Moner, visitó
ayer los terrenos en los que habrá de instalarse la balsa
reguladora que posibilite el riego agrícola de una 75 hectáreas en
Formentera. Dicha balsa se construirá en un solar contiguo a la
actual planta depuradora y tendrá una superficie de 10.000 metros
cuadrados y una capacidad aproximada de 85.000 metros cúbicos.
Las obras incluirán la instalación de una estación de
tratamiento terciario, microfiltración y desinfección y de
eliminaciones de sales mediante ósmosis inversa; el dinero saldrá
básicamente de Madrid que mediante el Plan Nacional de Regadío
invertirá en las Balears 113 millones de euros según convenio
firmado por las dos administraciones hace un par de semanas.
El objeto de esta gran actuación es aprovechar las aguas de la
EDAR para poder regar las zonas agrícolas y, paralelamente, mejorar
los caminos rurales de las zonas afectadas por la red de riego que
deberá instalarse de forma soterrada. En total, Moner y el
representante del ministerio, Enrique Santarufina, avanzaron que
habrá cerca de 30 kilómetros de tuberías y que en cuanto a los
caminos, 25 kilómetros serán arreglados por el Ministerio.
La instalación de todas las infraestructuras no supondrán ningún
coste para la Comunidad de Regantes de Formentera -62 propietarios
con más de 70 hectáreas-, que únicamente pagarán el agua a un
precio político y deberán hacerse cargo de los gastos de
mantenimiento de la red de distribución y riego.
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