Los detectives operan con mucha discreción para obtener las pruebas que piden sus clientes. Foto: KIKE TABERNER

Aunque parezca un oficio de película, serie de televisión o cómic los detectives privados existen y merodean entre nosotros para investigar temas de todo tipo en los que se pueden ver implicadas diferentes personas. Su principal labor es verificar las sospechas de sus clientes mediante la consecución de pruebas que den la razón al cliente y resuelvan un problema y/o caso.

«La contratación de un detective casi siempre es positiva porque los clientes vienen con comprobaciones o sospechas de peso y llegan a tiempo», comentan desde Augusta Detectives, la única agencia legalmente constituida que opera en Eivissa desde hace 3 años. «Basamos nuestro trabajo en pruebas que en muchos casos se presentan en juicios siempre acompañadas de un informe que explica la misma. A veces hemos tenido que declarar y nuestra palabra es similar a la de un perito, pero no somos policías», añaden en Augusta.

Pero a pesar de que la relación de los detectives privados con la policía no es estrecha no se ignoran. «Como detectives si sabemos que se ha producido algún delito tenemos que notificarlo a la policía y profesionalmente dependemos de este cuerpo», resumen en Augusta, antes de explicar que la apertura de cualquier despacho y el ejercicio de la profesión debe comunicarse a Seguridad Privada la Dirección General de la Policía, que es la que se ocupa de tramitar la licencia y entregar el carnet profesional con el número de licencia que expide el Ministerio del Interior.

Eva Estévez