Unas ochenta maquetas de barcos que descansan en el interior de
una botella componen la muestra que se inaugurará mañana en la sala
de exposiciones Can Pujol, situada en el carrer Ample de Sant
Antoni.
Manel Mateu Babot es el autor de todas ellas, desde el pie que
sujeta los veleros en el interior de las botellas, hasta las
diminutas velas sujetas a los mástiles. En el pequeño taller que ha
acondicionado en su casa diseña cada una de las piezas (que nunca
son compradas) hasta conseguir construir una pequeña embarcación en
la que se aprecian hasta los más mínimos detalles.
Unos metros de madera, pintura, hilos de coser y aguja de
calceta son los escasos materiales que se necesitan para poner en
práctica esta afición. «No es un hobby caro ni mucho menos, sólo se
requiere paciencia y algo de pulso», asegura este catalán residente
en la isla desde hace más de cuarenta años. Actualmente monta un
galeón español de 1540, el San Fernando; no sabe cuánto tiempo
empleará, pero ha llegado a dedicar más de 100 horas a alguna
maqueta.
Uno de los principales obstáculos de modelistas aficionados como
Manel Mateu es el de encontrar algunos de los materiales. «Los
planos no son fáciles de localizar y las mejores botellas, que son
las de suero, antes me las daban vacías en el hospital, pero ahora
las tengo que comprar llenas y en las farmacias no tienen
demasiadas». Una vez diseñadas las piezas, el barco se introduce en
la botella por piezas, primero la base y después la parte superior
con los mástiles, las velas y el resto de elementos plegados (para
encajar las piezas se sirve de agujas de hacer calceta) y
finalmente éstos se izan gracias a los hilos que permanecen unidos
a determinadas partes del barco. «En la mayoría de las maquetas la
proa mira hacia el agujero, pero yo, desde que lo hice al revés con
la carabela Santa María, no he vuelto a cambiar de método»,
especifica. En internet, de donde él extrae mucha información
-«porque aquí no encuentro a nadie que haga lo mismo que yo»- se
asegura precisamente que sólo los más intrépidos construyen la
maqueta con la popa en dirección al cuello de la botella. Su
interés por los barcos es muy amplio y llegó a la isla como
mecánico de barcos, aunque posteriormente dejase esa profesión.
Actualmente ya está jubilado, condición que le permite disponer de
mucho más tiempo para su afición. Sara Yturriaga
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