Con las manos en la masa. Así pasaron gran parte de la mañana los alumnos más jóvenes -de tres, cuatro y cinco años- del colegio Guillem Montgrí, en Sant Antoni. El año pasado, coincidiendo con la celebración del Día de Todos los Santos, habían aprendido a preparar panellets, pero este año el personal docente decidió que los alumnos de Educación Infantil se convirtiesen de nuevo en aprendices de cocineros para preparar turrón, un postre indispensable en estos días que se avecinan.

Divididos en tres grupos y ataviados con divertidos gorros de cocineros fabricados con papel y sobre el que cada niño había escrito su nombre, siguieron todos los pasos que los profesores les fueron marcando.

Con dos kilogramos de azúcar, la misma cantidad de almendra, una docena de huevos y un tarro de miel, los profesores prepararon la mezcla dentro de unos barreños, mientras los niños les observaban atentos y esperaban el momento en el que, literalmente, pudieran pringarse las manos de dulce.

«A ver, ahora tenéis que extender la masa sobre la oblea y poner la otra encima», explicaba Neus, la tutora del grupo de los niños de cinco años. «Se me ha roto», exclamaba a continuación uno de los pequeños mientras otro de sus compañeros no podía evitar llevarse la mano a la boca para chuparse los dedos. </>S.Y.