El conseller para Formentera, Josep Mayans, ya ha pedido asesoramiento para comercializar con todas las garantías y requisitos epeix sec, pese a que por su propia cuenta los pescadores de la isla han estando asesorándose al respecto. Epeix sec, producto típico de la Pitiusa menor es el ingrediente básico de la famosa ensalada pagesa de Formentera. Su demanda es muy elevada tanto por parte de los restaurantes como de los consumidores privados, de tal manera que en verano es muy difícil encontrarlo en las pescaderías ya que los pescadores suelen venderlo directamente a los restaurantes como complemento a su actividad habitual.

Por otra parte Pep Mayans ha explicado que una de las posibilidades que se contempla es la de «guardar epeix sec en aceite que lo conserva perfectamente de manera que la producción que no sale en la temporada no se pierde ya que debidamente preservada puede ser comercializada más adelante». Ello comportaría cumplir unos determinados requisitos de sanidad e higiene, entre otros aspectos, por lo que el conseller Mayans se ha comprometido a conseguir toda la información relativa al asunto. Por otra parte Mayans apunta que la situación aún está muy verde pues se desconoce si el secado en parrera lo hará cada uno de los pescadores por su cuenta y posteriormente lo llevará a envasar bien a la Cofradía o a la sociedad que se formara si fuera imprescindible, o el secado se efectuara de forma conjunta y en un lugar determinado.

Para el diputado por Formentera, «el problema radica en que la producción y comercialización debe hacerse, según explican los representantes de los pescadores, a través de la propia Cofradía por cuanto a título individual de cada uno de los pescadores jamás sería rentable para ellos», circunstancia por la cual Mayans ha prometido a los pescadores buscar fórmulas que les permitan producir y comercializar esta especialidad marina tan apreciada. El pescado que se utiliza para hacer peix sec es variado, desde egatò hasta la mussola, pero las capturas de estos ejemplares es desigual y sólo con la garantía de que el pescado, una vez desecado podría ser comercializado haría que muchos pescadores El conseller desconocía que tiempo atrás se hubiera intentado buscar una fórmula de comercialización que fue desechada por la Cofradía por cuanto se obligaba a constituir una sociedad distinta de la propia Cofradía y, además, las subvenciones llegarían a posteriori cuando la inversión inicial representaba alrededor del millón y medio de pesetas del momento, unos 9.000 euros en la actualidad, que se devolverían en su mayoría si se cumplían todos los requisitos.