El año pasado fueron las obras de reposición de las aceras, éste el de separación de la red de saneamiento y pluviales. Sea lo que sea, es el cuento de nunca acabar y que tiene a los comerciantes de la calle Bartolomé Vicente Ramón muy enfadados porque afrontarán por segundo año consecutivo el periodo comercial de las Navidades con la calle patas arriba. Esta vez, además, no hay quien soporte el hedor de las tuberías abiertas.

Desde el mes de octubre se trabaja en la separación de la red de pluviales y, al igual que el año pasado, según cuenta la presidenta de la nueva asociación, Juana López, las obras se detienen por la falta de previsión. «Hay muchas fosas sépticas que no están conectadas a la red, lo que precisa de permisos que retrasan su ejecución».

Los comerciantes de esta calle constituyeron una asociación el año pasado a raíz de los problemas provocados por el retraso de las obras. El Ayuntamiento de Eivissa se comprometió entonces a que las obras previstas no se llevarían a cabo hasta mediados de enero para evitar una nueva caída en la venta de estos comerciantes. Pero al final, aunque este proyecto, que está financiado con fondos de la Unión Europea, depende directamente del Consell Insular, se ha repetido la misma historia.