En el bar que hay debajo de casa, sobre un banco del parque o a los
pies de una estatua. En estos momentos hay una larga lista de
libros repartidos por el mundo esperando ser encontrados. Más de
7.200 personas en toda España y alrededor de 190.000 en todo el
mundo han entrado a formar parte de un peculiar club de lectura que
ha traspasado fronteras y conseguido adeptos en innumerables
países. La idea deBookcrossing es sencilla: una persona 'libera' un
libro en una ciudad, otra lo 'caza' y lo resgistra en la página de
internet y, finalmente, después de leerlo, lo deja en otro lugar a
la espera de que otra persona lo vuelva a encontrar.
En Eivissa esta iniciativa todavía cuenta con muy pocos adeptos,
pero en el programa local de la SER «La Ventana», presentado por
Paco Murillo y Alberto Ferrer, se han propuesto extender esta
interesante epidemia literaria. Con la colaboración Judit Binesa
-que un buen día descubrió la página de internet y se convirtió en
bookcrosser- y de Javier Gómez, de la librería Deski, han iniciado
una sección radiofónica que se puede escuchar todos los martes
pasadas las siete y en la que, además de explicar todos los
detalles del funcionamiento de esta propuesta, liberan un libro
cada semana. «Antes de empezar el programa yo ya había liberado dos
libros en Eivissa; uno de ellos, «El país de las últimas cosas», de
Paul Auster, lo cogieron, lo registraron y ahora alguien se lo ha
quedado para leérselo», recuerda Judit Binesa.
Hasta ahora han dejado tres: «El perfume», de Patrick Suskïnd (en
la plaza del Cañón de Santa Eulària), «El último encuentro», de
Sandor Marai (en el bar Cantó de Santa Gertrudis, sobre la máquina
de tabaco), y «El vientre de las ballenas», de Javier Cercas (que
el pasado miércoles dejaron en el bar San Rafael de esta misma
localidad). Además, en el apartado de Eivissa al que se puede
acceder desde la red se hace referencia a varios títulos más que se
encuentran en la isla: «Yellow dog», de Martin Amis (en Santa
Eulària), «El hombre de la lluvia», de Leonore Fleischer (en Sant
Rafel, en Casa Rosa) y «El Aleph», de José Luis Borges, que al
parecer liberó la semana pasada en la estatua de Isidor Macabich,
en Dalt Vila, un francés que estaba de paso en la isla. «Cada uno
de los libros tiene una etiqueta y quien lo encuentra tiene que
registrarlo en la red, pero hay gente que no lo hace», apunta
Judit.
Unos 700.000 libros están liberados actualmente alrededor de todo
el mundo y cualquiera es un 'cazador' o 'liberador' potencial. Sólo
hay que tener ganas de leer o las estanterías muy llenas.
Sara Yturriaga
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.