Sant Josep quiere la «Q» de calidad para Platja d'en Bossa

La primera parte del proceso para obtener el distintivo consiste en evaluar de manera integral las infraestructuras, las instalaciones y servicios que afecten directa o indirectamente a la playa y que sean de competencia municipal. Entre ellos están los servicios de seguridad y primeros auxilios, los niveles de información a los usuarios, la limpieza y recogida selectiva de residuos, mantenimiento de instalaciones y equipamientos, la accesibilidad, los servicios higiénicos y la gestión de servicios de ocio.

La norma contempla, además, la creación de un órgano gestor en cada playa que sea certificada. La función de este último es velar por la coordinación de todos los agentes implicados y la solución de los posibles problemas que presenten, «garantizando así la máxima eficacia en la gestión de la playa», comenta la consultora, que destaca que con el inicio de estos trabajos el Ayuntamiento espera alcanzar los más altos niveles de calidad en que los aspectos que más preocupan a los usuarios de las playas como son la seguridad y la limpieza. La norma exige que haya unos planes específicos relativos a la recogida selectiva de residuos y el mantenimiento de las instalaciones. Obliga también a disponer de los recursos necesarios para garantizar la seguridad, como la vigilancia policial y los primeros auxilios. El control de las situaciones de emergencia será puesto a prueba anualmente a través de simulacros. Con todas estas medidas la seguridad y las expectativas de todos los visitantes de la playa deberán quedar totalmente satisfechas.