Bruno Julien, jefe de la Unidad que gestiona la financiación de los programas Life en la Unión Europea (UE), visitó ayer la finca pública de Can Marroig para comprobar el estado de las obras del futuro Centro de Interpretación del Virot y conocer sobre el terreno qué medidas se aplicarán desde las instituciones para la protección y salvaguarda del terreno. Julien, que estaba acompañado por la directora general de biodiversitat, Joana Xamena, y la directora del Parc Natural de ses Salines, Paula Goberna, explicó que «el motivo de mi visita a Formentera es que existen unos proyectos europeos de conservación de la naturaleza en la finca de Can Marroig relacionados con la preservación depuffinus mauretanicus, (virot o pardela balear), y la Comisión tenía interés en ver si el proyecto iba por el buen camino o no.

Por lo que al proyecto de conservación depuffinus mauretanicus se refiere Julien afirmó que «los resultados obtenidos pueden considerarse como razonablemente buenos si bien esta conservación es difícil por tratarse de una especie difícil de controlar y mantener», pero al mismo tiempo remarcó que «el único problema real que teníamos respecto al proyecto no hacía referencia a la preservación del virot como especie sino que se relacionaba con la restauración de los edificios cercanos a la casa central de Can Marroig», edificios que deben configurar el Centro de Interpretación del virot y que se hallan en terrenos adquiridos por la UE hace años con una inversión cercana a 1,8 millones de euros.

Dicho Centro de Interpretación debe constituir un punto de información para el conocimiento del virot y debe servir como referencia para divulgar la importancia de su preservación que motivó la inversión de 1,5 millones de euros por parte de la UE. Julien visitó las obras y comprobó lo adelantado de las mismas manifestando su confianza en que antes de final de año hayan finalizado definitivamente tal y como exige la UE. Asimismo Julien conoció por boca de la directora general de biodiversistat, Joana Xamena, los sistemas previstos para la protección del espacio, aspecto este que también preocupaba a la UE.