Hace más de un año que el secretario de Estado de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Benigno Blanco y el entonces conseller de Obras Públicas del Govern, Francesc Quetglas, colocaron la primera piedra de las obras de reforma de la carretera de Sant Josep, concretamente en el kilómetro 10 de la vía. Ese día, 8 de julio de 2002, se anunció que después del verano iban a comenzar las obras.

Hoy, 22 de octubre de 2003, más de 15 meses después, la consellera de Obras Públicas del nuevo gobierno del PP, Mabel Cabrer, colocará la segunda piedra que al fin marcará el inicio de la controvertida obra prevista en el convenio estatal y que financia íntegramente el Ministerio de Fomento. Finalmente el ministro de Fomento, Francisco Àlvarez Cascos, no estará hoy en la isla, tal como anunció el presidente del Consell, Pere Palau. Tablero y Puentes, la primera empresa adjudicataria, rescindió el contrato al darse cuenta de que el presupuesto (7,2 millones de euros) no se ajustaba a la dimensión de la obra. El Ministerio de Fomento subió en un 10 por ciento, tal como marca la ley, la oferta anterior para licitar de nuevo estas obras, que finalmente ejecutará la empresa mallorquina Arrom Bibiloni. Esta promotora llevará a cabo la reforma de la carretera en un plazo de 14 meses. El proyecto inicial también ha sufrido algunas modificaciones, sobre todo en algunas intersecciones, según explicó el senador Enrique Fajarnés.

Las obras consistirán en aumentar la plataforma a una sección de siete metros de calzada y arcenes de 1,5 metros en el tramo periurbano, y a siete metros con aceras, zonas de aparcamiento y arcenes de 0,5 metros en el urbano. La vía se cubrirá con pavimento antideslizante, se mejorará el trazado en planta de algunas curvas y se construirán dos nuevas rotondas iluminadas en can Burgos y can Bellotera.