Vista aérea de la mansión de Michael Cretu, que el Consistorio tiene que echar abajo en un plazo de dos meses.

Contra este auto resolutorio de los recursos de súplica no cabe recurso. La construcción del famoso cantante ocupa una superficie total de 1.075 metros y está valorada en 6,9 millones de euros (más de 1.000 millones de pesetas). Su demolición supondrá un duro varapalo para las arcas municipales, pero mucho mayor será el coste si Baloo Music reclama ante los tribunales el coste de la mansión. «El Ayuntamiento no tiene capacidad para hacer frente a ello, pero sólo la demolición es un gasto desorbitado», lamentó ayer el presidente del Consell Insular, Pere Palau.

«El Consell estará al lado de cualquier Ayuntamiento que tenga problemas, pero estamos hablando de cantidades muy importantes y, además, la institución tiene un presupuesto limitado», subrayó el presidente. El TSJ de Balears dictó una sentencia el 20 de noviembre de 2001, tras la denuncia presentada por el Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN), por la que declaraba nula la licencia otorgada en abril de 1997 por el Ayuntamiento de Sant Antoni a la sociedad Baloo Music S.A. para la construcción de una vivienda unifamiliar aislada en la finca rústica Can Guillem, en Santa Agnès, y obligaba al Consistorio a «la restauración de la legalidad urbanística infringida inclusive con la demolición de la obra».

El Ayuntamiento y la empresa, vinculada al músico, apelaron dicha sentencia, lo que posteriormente fue desestimado por una nueva sentencia que ratificaba la anterior. El ex alcalde de Sant Antoni, Antoni Marí Tur, lamentó entonces la «mala suerte» que una sentencia de este calado hubiera caído en su municipio, «con todas las casas que hay en las cimas de Eivissa». Marí Tur, ahora diputado autonómico del PP, recordó que el Consistorio entregó la licencia de obra al músico de Enigma en base a un informe de la Comisión Insular de Urbanismo (CIU) durante el anterior gobierno del PP.